La cumbre de washington, el liberalismo y el socialismo
Bush, todavía presidente de Estados Unidos, parecía responder directamente al discurso que se prevé pronunciará Zapatero hoy en Washington...
Bush, todavía presidente de Estados Unidos, parecía responder directamente al discurso que se prevé pronunciará Zapatero hoy en Washington cuando afirmó el pasado jueves que el libre mercado es el mejor sistema para lograr crecimiento económico y culpó a la excesiva regulación de los fallos que han conducido a la crisis financiera mundial. Decía Bush que se han producido fallos, “pero no supone un fracaso del sistema de libre mercado”, sino precisamente de los reguladores, del intervencionismo, y añadía que “la respuesta no debe ser reinventar ese sistema, sino solucionar los problemas y hacer las reformas necesarias al mismo tiempo que se avanza en los principios del libre mercado que han proporcionado prosperidad y esperanza a la gente de todo el mundo”. Bush argumentó tambi én que países con una supervisión de los mercados hipotecarios más intervencionista que la de EEUU han experimentado problemas similares.
El presidente español -a semejanza de otros líderes europeos, como el que precisamente le ha cedido la silla para acudir a Washington a cambio, según se ha publicado, de todo lo que pida- venía anunciando para consumo interno que la cumbre que hoy se celebra servirá para impulsar la socialdemocracia sobre el liberalismo y abandonar las prácticas que en su día abanderaron Reagan y Thatcher, así que las palabras de George Bush no dejan de ser un revés para sus propósitos.
Cumbre que, por cierto, parece perder la trascendencia que se le atribuyó cuando fue concebida, liderada por Sarkozy. El número de países se ha ampliado, al tiempo que se ha reducido la duración de la reunión y el tiempo de intervención de cada jefe de estado. Será difícil arreglar el mundo -ya que no se va a cambiar, según Bush-, en una mañana y en discursos de siete minutos.
Así que parece probable que la tan cacareada cumbre financiera que iba a refundar el capitalismo -de la que se ha desmarcado Obama-, dará hoy una foto histórica más que una solución a la crisis, ya que el verdadero esfuerzo llegará en las comisiones de trabajo que se celebren posteriormente. No obstante, hoy será un punto de inflexión, seguro, y aparecerán como salvadores quienes son parte del problema.
El presidente español -a semejanza de otros líderes europeos, como el que precisamente le ha cedido la silla para acudir a Washington a cambio, según se ha publicado, de todo lo que pida- venía anunciando para consumo interno que la cumbre que hoy se celebra servirá para impulsar la socialdemocracia sobre el liberalismo y abandonar las prácticas que en su día abanderaron Reagan y Thatcher, así que las palabras de George Bush no dejan de ser un revés para sus propósitos.
Cumbre que, por cierto, parece perder la trascendencia que se le atribuyó cuando fue concebida, liderada por Sarkozy. El número de países se ha ampliado, al tiempo que se ha reducido la duración de la reunión y el tiempo de intervención de cada jefe de estado. Será difícil arreglar el mundo -ya que no se va a cambiar, según Bush-, en una mañana y en discursos de siete minutos.
Así que parece probable que la tan cacareada cumbre financiera que iba a refundar el capitalismo -de la que se ha desmarcado Obama-, dará hoy una foto histórica más que una solución a la crisis, ya que el verdadero esfuerzo llegará en las comisiones de trabajo que se celebren posteriormente. No obstante, hoy será un punto de inflexión, seguro, y aparecerán como salvadores quienes son parte del problema.
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