A pesar de que muchos de ellos no creen (según sus comentarios) que la apertura de La Carrera solucione la situación que atraviesan actualmente de pérdida de clientes y de volumen de ventas, todos, se concentraron en la Plaza de Santa María, “sin muchas esperanzas”, bien es cierto. Algunos de ellos acompañaron hace apenas dos meses a la alcaldesa, Carmen Peñalver, el día de la inauguración del adoquinado de la calle Bernabé Soriano, tras casi cuatro meses de obras, sin importarles que su apertura, tal y como se había anunciado, no permitiera más que el tráfico de servicios públicos.
Desgaste
Sin embargo, la persistencia de la crisis y el desgaste de los ciudadanos en los atascos ha provocado que los comerciantes del Mercado de San Francisco cambien de opinión y así lo manifestaron ayer con su masiva protesta. Sin embargo, en la calle Bernabé Soriano, sólo media docena de comerciantes cerraron sus negocios y asistieron a la concentración. De este modo, sin el apoyo de sus compañeros de La Carrera, aunque con el aliento del Centro Comercial Abierto “Las Palmeras”, Comercio Jaén y el Partido Popular con su presidente José Enrique Fernández de Moya al frente, los comerciantes cambiaron durante dos horas, de las 9’30 a las 11’30 de la mañana el género de sus puestos por las trompetas, pancartas y consignas contra la semipeatonalización de Bernabé Soriano “No más abuso de poder” o “Quita la prohibición o presenta la dimisión” eran algunos de los lemas que podían leerse escritos en cartones.
Sin embargo, entre los concentrados se apuntaban a algunas soluciones independientes a la apertura de La Carrera. La primera de ellas, que al parecer ha tenido buena acogida por parte del Ayuntamiento, sería dejar el aparcamiento para uso exclusivo del mercado y eliminar el alto número de “vehículos de funcionarios” que diariamente y desde primera hora ocupan plazas. La segunda medida sería volver a abrir al tráfico el tramo entre la plaza de San Francisco y la calle Joaquín Tenorio, permitiendo a los usuarios del mercado acceder a él desde el norte y el sur de la ciudad. El resto, no son más que, para muchos comerciantes, problemas endémicos derivados de la falta de planificación cuando se construyó el actual edificio y el aparcamiento, a principios de los años setenta y mediados de los ochenta, respectivamente.