Aunque están convencidos que el cierre de La Carrera les ha afectado, no saben cuánto hay realmente de crisis en las pérdidas
No es el lunes un día de mucha actividad en el Mercado de San Francisco, pero ayer, algunos clientes se preguntaban a primera hora de la mañana qué pasaba. Eran unos pocos despistados que no sabían que los comerciantes se concentraban frente al Ayuntamiento de Jaén para exigir al equipo de Gobierno que abra la calle Bernabé Soriano al tráfico completamente. Unos pocos olvidadizos que recorrían los pasillos desiertos del mercado esperando encontrar algún cierre alzado. Pero ninguno de los 74 puestos que diariamente atienden a los jienenses que siguen comprando cada mañana en el mercado de abastos más antiguo de la ciudad, que abrió sus puertas por primera vez un 8 de junio de 1870 en los antiguas huertas del convento de San Francisco tras la Desamortización de Mendizábal, abrieron ayer al público.
A pesar de que muchos de ellos no creen (según sus comentarios) que la apertura de La Carrera solucione la situación que atraviesan actualmente de pérdida de clientes y de volumen de ventas, todos, se concentraron en la Plaza de Santa María, “sin muchas esperanzas”, bien es cierto. Algunos de ellos acompañaron hace apenas dos meses a la alcaldesa, Carmen Peñalver, el día de la inauguración del adoquinado de la calle Bernabé Soriano, tras casi cuatro meses de obras, sin importarles que su apertura, tal y como se había anunciado, no permitiera más que el tráfico de servicios públicos.
Desgaste
Sin embargo, la persistencia de la crisis y el desgaste de los ciudadanos en los atascos ha provocado que los comerciantes del Mercado de San Francisco cambien de opinión y así lo manifestaron ayer con su masiva protesta. Sin embargo, en la calle Bernabé Soriano, sólo media docena de comerciantes cerraron sus negocios y asistieron a la concentración. De este modo, sin el apoyo de sus compañeros de La Carrera, aunque con el aliento del Centro Comercial Abierto “Las Palmeras”, Comercio Jaén y el Partido Popular con su presidente José Enrique Fernández de Moya al frente, los comerciantes cambiaron durante dos horas, de las 9’30 a las 11’30 de la mañana el género de sus puestos por las trompetas, pancartas y consignas contra la semipeatonalización de Bernabé Soriano “No más abuso de poder” o “Quita la prohibición o presenta la dimisión” eran algunos de los lemas que podían leerse escritos en cartones.
Sin embargo, entre los concentrados se apuntaban a algunas soluciones independientes a la apertura de La Carrera. La primera de ellas, que al parecer ha tenido buena acogida por parte del Ayuntamiento, sería dejar el aparcamiento para uso exclusivo del mercado y eliminar el alto número de “vehículos de funcionarios” que diariamente y desde primera hora ocupan plazas. La segunda medida sería volver a abrir al tráfico el tramo entre la plaza de San Francisco y la calle Joaquín Tenorio, permitiendo a los usuarios del mercado acceder a él desde el norte y el sur de la ciudad. El resto, no son más que, para muchos comerciantes, problemas endémicos derivados de la falta de planificación cuando se construyó el actual edificio y el aparcamiento, a principios de los años setenta y mediados de los ochenta, respectivamente.