Los primeros síntomas de recuperación en el empleo se retrasarían hasta el año 2.011. Esa es una de las principales conclusiones de un riguroso estudio del catedrático del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, Miguel González Moreno, encargado por la Fundación Caja Rural de Granada, y que ha estudiado la evolución del mercado de trabajo durante los últimos trece años, y en el que acaba alertando de que el desempleo seguirá creciendo en nuestra provincia, 'en el mejor de los casos', durante los dos próximos años.
El informe, que analiza el comportamiento del mercado laboral de la provincia durante los últimos trece años, asegura que desde el año 1996 Granada ha experimentado cambios espectaculares en el terreno laboral que permiten diferenciar dos claros periodos. Uno, comprendido entre 1996 y 2007, que se ha caracterizado por un espectacular crecimiento del empleo, y un segundo período, que se inició en 2008 y que previsiblemente no concluirá hasta el 2011, marcado por un espectacular crecimiento del desempleo.
Según el estudio de González Moreno, desde el inicio de la crisis se han destruido más de un tercio de los puestos de trabajo que se crearon durante los diez años anteriores. En la fase expansiva de la economía granadina, se generaron en la provincia 150.000 puestos de trabajo, mientras durante los 15 meses que van de enero de 2008 a marzo de 2009, el desempleo ha aumentado en 55.000 nuevos parados, llegando, según la Encuesta de Población Activa a las 100.000 personas en la provincia. Para Miguel González esto es recurrente en la economía granadina, ya que sólo genera empleo en las fases de dinamismo económico, para después destruirlos en las fases de depresión.
Las causas habría que encontrarlas en el modelo económico, basado en el consumo y la construcción que, aunque precisan de mano de obra intensiva, son extremadamente sensibles en los momentos de crisis económica. Apunta González en su informe la necesidad de una reestructuración del sistema productivo granadino. Éste debe basarse en la innovación, el desarrollo y las actividades con alto valor añadido, a lo que es imprescindible añadir una reforma del mercado de trabajo y un cambio del sistema educativo.