En tretenida resultó la primera parte del festejo, pero mejor aún si cabe fue la segunda, con dos triunfos fuertes de Hermoso y Ventura. Bohórquez tuvo una actuación vibrante hasta que el toro se paró en la última parte de la faena, fue ovacionado, ante un buen encierro en general del hierro familiar.
Sin duda la ya tradicional de rejones tiene un público heterogéneo y fiel, que acude en masa, aunque se esperaba más para un cartel estrella, con tres caballeros en plaza, que lideran el escalafón.
Hubo diversión y momentos brillantes, donde el rejoneo se elevó a su máximo esplendor. Recibió Bohórquez al primero de la suelta con un precioso caballo negro anglo luso llamado Sorpresa, y precisamente llegó la sorpresa ante un toro descastado, que pegaba arreones. Se esforzó y arriesgó con total dominio de la cabalgadura, en rejones y banderillas.
Con su segundo, al que esperó en la puerta de chiqueros con Rubia, una preciosa jaca baya, de raza anglo-luso-árabe, Fermín desplegó su toreo clásico, campero, llevándolo muy toreado a la grupa. Cuarteó en banderillas, colocando pares a dos manos Con Melero un tordo lusitano, que levantó un clamor. Antes con Bohemio le había permitido realizar una exhibición de doma perfecta, Cuando la faena estaba encarrilada al triunfo incontestable el toro se paró, echándose en la arena. Una pena. Decepción en el rejoneador y en toda la plaza, que anhelaba el éxito del jerezano. El animal se levantó.Parecía un toro de exposición.
Con codicia salió el primero de Hermoso de Mendoza. Lo enceló, parándolo en el mismo platillo de la plaza.El toreo a dos pistas, piruetas, fue un compendio de buen hacer, ante ágiles caballos con temperamento. Colocó banderillas a dos manos, entregándose en una labor que gustó.
Con el quinto llegó el culmen de este rejoneador universal, que entusiasma a los públicos. En la madurez de su arte, sin olvidar que antes de ser rejoneador fue un jinete consumado, ofreció con Caviar un tordo rodado, un exquisito y delicioso toreo a caballo. Los muletazos se sucedieron, a la par que con Estella, otra bonita yegua torda y Silveti, castaño de raza lusitano otro de sus caballos preferidos clavaba banderillas bien reunidas, en todo lo alto.
Los embroques tuvieron belleza y emoción. Terminó con Pirata un toro mexicano que lo había sacado en el primer toro, luciéndose en adornos, dejando rosas en todo lo alto en un alarde de exposición. Cortó las dos orejas, aunque el rejón le cayera algo trasero.
Lo de Diego Ventura es punto y aparte. Buen jinete, levanta pasiones. Consumado y completo jinete, expone en demasía a las cabalgaduras. Dominador del toreo a caballo. Sus actuacion son impactantes. Se dejó mucho llegar al estribo en el primero de su lote, acapachado y con buen son. Colocó banderillas con Nazarit, un castaño lusitano, en terrenos comprometidos Quebró y arriesgó en ajuste perfecto con Cheque, otro tordo luso árabe, sobresaliendo en banderillas de las cortas y en un par a dos manos y rosas.
Poco apretó de salida el que se cerraba plaza, colocándolo un rejón de castigo. Sacó a Manzanares un caballo albino lusita no que es una belleza, arriesgando en banderillas con recortes y piruetas a escasos centímetros de los pitones. Poco a poco fue haciendo vibrar al personal, colocando pares de rehiletes a dos manos. Más tarde apareció Distinto,tordo de raza lusitano, que es una joya. Además es distinto, por agilidad y entrega. Y para terminar el espectáculo sacó a Morante otro tordo lusitano, que le ayudó ante un toro que se iba parando.
Los quiebros, las piruetas y hasta los “besos cariñosos en la noche del valiente caballo al toro”, pusieron el punto álgido de una actuación, donde nadie se aburrió. La gente salió contenta y a esperar hasta el año próximo, que estemos más aliviados de la crisis, que ésta es difícil de dominar.