El plazo para la inscripción en el plan estival de refuerzo educativo se cerró el lunes, y lo hizo con una cifra minúscula para lo que eran la previsiones iniciales: 3.657 alumnos para un total de 100.000 plazas. Es decir, que se ha completado el 3,6% de la oferta disponible.
El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, reconocía que “no es una buena noticia”, aunque no avanzaba si el programa se mantiene o se reformula teniendo en cuenta la escasa demanda. Las respuestas, anunció, las dará el consejero de Educación, Javier Imbroda, este miércoles en el Parlamento, donde le toca comparecencia para tratar una iniciativa que fue de las primeras que puso en marcha el Gobierno PP-Cs.
Bendodo agradeció “el interés de la comunidad educativa” (que no se refleja en los datos) y se dedicó a cargar contra el modelo educativo que impulsaron los gobiernos socialistas, “que ha fracasado”. “No hay nada más antisocial que un sistema público de educación que no funciona y eso es lo que hemos tenido en Andalucía estos años”, tal y como avala una tasa del 21% de fracaso escolar.
El consejero Imbroda acude al Parlamento con estos malos datos y con una pequeña tormenta desatada tras declarar que son los padres quienes tienen que “decidir” si sus hijos aprovechan un programa que es voluntario “o si prefieren tenerlos en sus casas jugando a videojuegos”.
Ante esta afirmación saltó como un resorte la Confederación andaluza de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado por la educación pública (Codapa), que mostraba su “indignación” con Imbroda por “responsabilizarlas del fracaso” del plan. En este sentido, recordaban que ha sido una iniciativa que “se diseñó de espaldas a la comunidad educativa y que, además, ha recibido el rechazo unánime de sindicatos y profesorado”.
La Codapa ha lamentado las “desafortunadas” palabras del máximo responsable de Educación y rechaza que “haya habido boicot alguno por parte de las familias”. A su juicio, el “naufragio” del programa de refuerzo estival, para el que “se han presentado más docentes voluntarios que alumnado”, se debe a “su improvisación, a su falta de consenso y a su horario poco flexible, que no permite la conciliación”.