Solsticio de invierno después de la cumbre

Publicado: 18/12/2019
Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Llega el momento del año en que se presenta la noche más larga. El sol se detiene vacilante en su punto más bajo, el día languidece y reduce al máximo...
Llega el momento del año en que se presenta la noche más larga. El sol se detiene vacilante en su punto más bajo, el día languidece y reduce al máximo su duración, los rayos solares apenas bastan para calentar algo porque la noche cerrada aparece más temprano que nunca. Y justo en este momento el resultado de la Cumbre del Clima no podía ser más decepcionante. Creo que en el fondo todos nos lo temíamos y queda una sensación inquietante que se ajusta a los presagios del Solsticio de invierno: la noche sigue avanzando.

El Solsticio de Invierno siempre ha sido tomado como la metáfora perfecta del juego de ciclos con el que funciona la naturaleza, incluida la del ser humano, y muchas tradiciones evocaron el Solsticio de Invierno bajo el símbolo del “Sol Invicto”, es decir, que siempre es posible volver a la luz y a la esperanza. Los resultados de la Cumbre merecen una reflexión detenida por parte de todos, incluidos la inmensa mayoría que no estuvimos allí y que expectantes, aguardábamos indicios de resolución.

¿Qué tipo de medidas esperábamos? Aquellas que garantizasen que podríamos seguir manteniendo nuestro estilo de vida sin alteración del clima, ni perjuicio para el medio ambiente, encierran en sí una contradicción irresoluble. Si nuestro modo de vivir, basado en un consumo excesivo, irresponsable e insostenible, es el que nos ha llevado a esta situación, no podremos llegar a la solución si seguimos manteniendo la causa. Hablar sólo del capitalismo como inductor del problema es ver sólo una parte de la realidad, porque nuestro consumo compulsivo nos convierte en agentes del capitalismo.

Habrá cambios profundos, la mayoría de los gobernantes (muchos de ellos elegidos por nosotros) no estarán a la altura de las circunstancias, los grandes poderes fácticos seguirán manipulando la realidad a su conveniencia, pero hay una parte de la resolución del problema que depende sólo de cada uno de nosotros: la decisión del modo de vida que debemos llevar. Y esa es la luz del Sol Invicto, porque sólo depende de nosotros. Frente a la incitación al consumo desmedido e injusto como eje del sentido de la vida, yo puedo buscar y elegir otras maneras de dar sentido a mis días.

Después del fracaso de la Cumbre, sigue intacta la expectativa de nuestra propia decisión: o un modo de vida basado en la posesión de bienes y consumos materiales innecesarios e insolidarios o un modo de vida basado en la posesión de bienes inmateriales imprescindibles para cada uno de nosotros y de la sociedad. Si esta transformación individual acompañase a nuestras demandas, seguramente seríamos más efectivos para exigir a los políticos de turno, porque habríamos disminuido nuestra dependencia. La austeridad es el mejor entrenamiento para el futuro.

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