Una vez más, Marruecos nos la vuelve a liar con lo que considero que es uno más de los muchos chantajes a los que estamos acostumbrados los españoles cada cierto tiempo. Los más sonados la famosa “marcha verde” y la intervención que tuvieron que hacer nuestras Fuerzas Armadas en el islote del Perejil.
En esta ocasión, tras la hospitalización del líder del Frente Polisario en un hospital de Logroño, se ha llevado a cabo otro órdago del Rey marroquí al permitir una salida masiva de sus ciudadanos en dirección a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.
Estos hechos no se pueden producir en el siglo XXI. Ni España ni la Unión Europea deben ceder ante presiones de un país como Marruecos en el que la defensa de los derechos humanos brilla en muchos casos por su ausencia.
Por ello, hay que reclamar a la Unión Europea que tenga esa posición clara y aliada con respecto a España de cara a defender lo que es una frontera no sólo de nuestro país sino que lo representa también de Europa. Hay un riesgo tremendo al respecto y, por tanto, nos jugamos mucho de la integridad territorial de nuestro mundo.
También hay que tener calma respecto a esto. Hay que tener en cuenta que la lucha tiene que estar con el país que ha incumplido los tratados internacionales. Sus ciudadanos, quienes se juegan la vida en la frontera o nadando hacia tierra española tiene poca culpa de ello. ¿Quién no buscaría a la desesperada una salida hacia un país con mayores recursos? Hay que entenderles aunque no sea una situación admisible desde un punto de vista del respeto de fronteras internacionales.
España necesita por un lado apoyo internacional, de la Unión Europea por supuesto pero también de los Estados Unidos, que hasta ahora no han intervenido y han comentado que se trata de una situación bilateral.
Por supuesto que es una cuestión bilateral, de occidente contra lo que supone un salto de las normas internacionales frente a un país siempre aliado y miembro de la OTAN. Eso no debe pasar por alto para los Estados Unidos que no pueden estar justificando una guerra encubierta en Israel y sin intervenir cuando Marruecos está facilitando la salida masiva de forma irregular de sus ciudadanos.
Desde mi punto de vista se debe preguntar al gobierno marroquí si va a continuar con dichas actuaciones de permisividad y, si la respuesta resulta afirmativa, se deben paralizar las ayudas que desde todos los estamentos de la Unión Europea se están otorgando a este país. Hay que tener en cuenta que buena parte de estos fondos van dirigidos al control de fronteras y, en la actualidad, este país no está cumpliendo con su parte.
También es necesaria la unidad de las fuerzas políticas, la primera las que sustentan al Gobierno de España. Tanto PSOE y Unidas Podemos deben replantearse su política internacional, sobre todo en lo que respecta al Sáhara con el menor de estos partidos políticos. Cuando haya un viraje importante entiendo que habrá una deseable unidad ante un ataque sufrido por todos.
