Arcos de la Frontera ofreció su reconocida internacionalmente belleza en una Noche en Blanco que ya forma parte del particular calendario veraniego por la expectación que crea. Miles de personas, vecinos y visitantes, tuvieron ocasión de redescubrir el incalculable valor patrimonial que atesora la ciudad, en un recorrido perfectamente organizado que mostró otra perspectiva de la monumentalidad arcense.
La tenue iluminación, la instalación de exornos y el público vestido en su mayoría con el color blanco, junto a otros matices estéticos, diferenciaron una noche distinta en el conjunto histórico y en la que Arcos ofreció sus encantos en todo su esplendor.
La II Noche en Blanco, organizada por las delegaciones de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento, se saldó con el éxito augurado y con un negocio extraordinario vía establecimientos de hostelería, especialmente a lo largo de todo el casco antiguo. Esta imagen se hizo notar con la falta de aparcamiento en el centro de la ciudad, que también era previsible, y todo a pesar de la cantidad de eventos que se sucedieron en la localidad la misma noche de sábado (en el camping Lago de Arcos actuó Tomasito).
La ruta de la Noche en Blanco partió en la calle Corredera, a la altura de la iglesia de San Juan de Dios, donde se invitó al público a maquillarse con el color blanco y empezar a hacer un recorrido que se simultaneó con una parada en las numerosas terrazas de los establecimientos, también porque las temperaturas fueron muy agradables.
Como detalle destacado en defensa del patrimonio, el Ayuntamiento tuvo a bien explicar al público cada monumento visitado a través de un folleto al que se pudo acceder con un código QR con sus correspondientes fechas y principales datos históricos. Del mismo modo, se entregaron pulseras conmemorativas de la actividad, pero ya en el Centro de Interpretación de la Ciudad de Cuesta de Belén.
A partir de ahí, el público no sólo pudo visitar cada uno de los principales monumentos locales, sino disfrutar además de la música y, en el caso de los niños, de actividades de globoflexia o pintacaras en la plaza de Los Panderetos. A todo, parada obligada en el Ayuntamiento, que mostró su salón plenario y el llamado Salón de las Mazas.
La Basílica Menor de Santa María de la Asunción recibió uno de las paradas clave a propósito de la actuación del organista Ángel Hortas, que lo es también de la catedral de Jerez. En el mismo contexto del patrimonio religioso, el público también tuvo ocasión de visitar tanto el Museo de Arte Sacro Domus Dei’, que reúne algunas de las piezas más valiosas de las parroquias vecinas, como los imponentes campanarios de la propia Santa María y de San Pedro, además de la capilla de las monjas mercedarias en la calle Escribanos o la antigua capilla de La Misericordia reconvertida en espacio cultural.
La ruta no solo se nutrió de monumentos religiosos, sino de civiles que hoy día se destinan a la actividad cultural, tales como el Teatro municipal Olivares Veas y el Palacio del Mayorazgo sede de la Delegación de Cultura que concentra diversas salas expositivas y otros servicios.
Otra de las novedades que registró la Noche en Blanco fue el llamado Mirador de las Almenas, que ejemplifica el carácter fronterizo de la ciudad antigua. En la parte artística también destacó la actuación de la polifónica femenina ‘In Nomine Domine’ en el atrio de la parroquia de San Pedro.
Una de las postales más llamativas de la noche fue el pasacalle de cariocas, malabaristas, títeres y zancudos, reclamo especial para el público familiar.
Dado el carácter municipal de la Noche en Blanco, el equipo de Gobierno casi en pleno se dio cita para inaugurar la ruta, ocasión en la que tanto el alcalde, Miguel Rodríguez, como el delegado de Cultura, Andrés Camarena, aprovecharon para desear que la actividad fuera un éxito.
Las impresiones
“Un día excepcional para mostrar nuestra cultura, nuestros monumentos y nuestra historia”, en palabras del delegado de Cultura. Andrés Camarena destacaba en sus palabras inaugurales la necesidad de cambiar la realidad del casco histórico, de ahí su apuesta por “revitalizarlo” y particularmente la del alcalde, Miguel Rodríguez, dijo. El regidor aprovechó para agradecer el papel de las distintas fuerzas de seguridad en torno al evento, e igualmente el apoyo prestado por la población que se tradujo con su “masiva” presencia en la actividad. Asimismo, describiría como “espectacular” el patrimonio monumental, del que dijo necesita ser protegido y puesto en valor. Con antelación, también invitaría al público a disfrutar de la próxima Noche de las Velas que ha de tener lugar en agosto.