Durante la noche del pasado sábado o madrugada del domingo se quemaron en Arcos más contenedores de basuras, en esta ocasión en el Barrio Bajo y en la calle Cucarro. Este tipo de actos es ya demasiado frecuente en el municipio a pesar de la vigilancia que mantiene en las calles la Policía Local.
Una semana más, el alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, pone el énfasis en el daño económico que este vandalismo acarrea, ya que el Ayuntamiento calcula que estos destrozos, que por lo general suele afectar a dos o tres contenedores, supone un gasto para el municipio de entre 2.000 y 3.000 euros. “Como sigamos a este ritmo, vamos a tener que reponer dentro de poco los contenedores. Los últimos que hemos comprado han costado casi 500.000 euros”, señalaba el alcalde a los medios de comunicación visiblemente enfadado por una situación que parece escaparse de las manos al Ayuntamiento, pues no se puede vigilar al unísono todas las barriadas de la ciudad y menos a unas horas en las que no hay ciudadanos en las calles que puedan observar algún comportamiento fuera de lo normal.
Isidoro Gambín asegura que ha dado las instrucciones normales ante estas situaciones para que la Policía, en la medida de sus posibilidades, aumente la vigilancia y control en los lugares provistos de contenedores. “A ver si de una vez por todas podemos coger a los responsables”, manifiesta Gambín, que advierte que, como se produzca una detención por estos hechos, el responsable va a tener que costear todos los daños producidos en los contenedores. “No sólo tendrá que reponer con dinero el daño hecho, sino que además tendrá que pagar en función a lo que dice el código penal”, concluye el alcalde de Arcos ante lo que parece una oleada de actos vandálicos en las calles contra el mobiliario público.