Pobreza ajena

Publicado: 24/04/2019
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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El principal problema: la cantidad de gente que ha quedado en la pobreza, los excluidos sociales.
La economía española crece durante cinco años consecutivos, el PIB está a niveles anteriores a la crisis. ¿Dónde están los cohetes? No se pueden encender porque la pólvora está mojada y hasta Bruselas nos lo ha recordado. El principal problema: la cantidad de gente que ha quedado en la pobreza, los excluidos sociales. No tienen trabajo o sólo contratos temporales y en precario y esta situación se prolonga ya durante años.

De este tema los españoles y españolas tienen una percepción difusa. Pasa como con el frío que una cosa es la temperatura real y otra la sensación que tenemos. Pues la sensación mayoritaria es que en España no hay pobres. “Pobres los de antes, ahora todo el mundo tiene móviles y a los niños no les faltan juegos de pantalla”.

Las cifras que daba UNICEF el año pasado contaban 2,6 millones de niños en situación de pobreza o en riesgo de caer en ella en nuestro país.

Ante este desfase se me viene a la cabeza, Concepción Arenal. La autorame ilumina con sus palabras: “El pobre, decimos, falta a la verdad. Es descuidado. Es imprevisor. Es vicioso. Es ingrato. Si en vez de decir el pobre, dijéramos la pobreza, seríamos más exactos y menos agresivos; porque los males que están en las cosas hacen pensar en grandes medios para evitarlos, y mandan la tolerancia. Detengámonos un poco a examinar hasta qué punto es responsable el pobre de las faltas que le echamos en cara.”

Ha pasado tiempo desde que Concepción Arenal esgrimiera estos argumentos para combatir la culpabilización del pobre de su propia situación, un sesgo ideológico que sigue vigente. Ahí tenemos a quienes se oponen a la renta básica con el argumento de que fomentaría la desidia, o el dogma de que si te esfuerzas lo suficiente, conseguirás tus objetivos. Como si la desigualdad y el contexto no fueran determinantes. Un reciente estudio lo confirma: el código postal donde naces es determinante en el desarrollo socioeconómico de las personas.

Hay dos formas de ver esto: lavisión conservadora y neoliberal, con sus diferentes ropajes, coloca la responsabilidad en el individuo. La visión progresista apunta a las causas: la desigualdad y la falta de oportunidades. No es de un colectivo del que estamos hablando (los pobres) sino de las razones que provocan la desigualdad y la forma de combatirlo. No veo que este tema salga con claridad en la campaña electoral, como si fuera menor. Qué lástimaque, en dos siglos, querida Concepción Arenal, hayamos aprendido tan poco.

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