Paola Corona es futbolista del
Cádiz Virgili Futsal y, además, estudia Magisterio para formarse como profesora de Educación Física con alumnos de Primaria. Ella luchó desde pequeña por ser futbolista, pero reconoce que
el camino no fue fácil por ser mujer.
La joven se sincera al confesar que “
he visto a muchas compañeras abandonando el fútbol por la falta de oportunidad y los
comentarios que recibían”. Y añade que, “en la etapa de Primaria y el inicio de Secundaria eran horribles los comentarios. Los niños a esas edades
se cebaban mucho”. Y añade que “cuando organizaban torneos de fútbol en el instituto nos decían a las niñas que nos apuntáramos, pero luego
nunca nos dejaban jugar”.
Sin embargo, esos comentarios que recibía
no le robaron su sueño. “Yo tenía claro que a mí me gustaba el fútbol, así que
me daba igual lo que opinasen”. Ella también ha sufrido la poca oferta de futbolistas mujeres desde su infancia. “No tiene tanta oferta como el masculino, así que siempre he jugado en equipos masculinos porque
no había clubes que ofertaran plazas femeninas”.
Paola reconoce que el fútbol le salvó la vida. “Era muy introvertida y estaba sola en los recreos
hasta que empecé a jugar al fútbol con mis compañeros y descubrí que ese era mi sitio”. Una de las cosas que hay que mejorar bajo su punto de vista es el dar visibilidad a las mujeres futbolistas, ya que “siempre se habla de Cristiano, Messi… pero, ¿dónde están ellas? Tenemos muy poca repercusión,
no hay visibilidad”.
La solución para que en el fútbol no importen los géneros es “cimentar la
igualdad desde edades tempranas y, luego, construir”. También tiene claro qué hará cuando sea profesora para promover la igualdad. “Haré equipos según la calidad de cada uno. Serán mixtos, pero de nivel similar para que aprendan con una
competitividad sana”.
Paola ha comprobado que quien ve fútbol femenino acaba encantado por sus diferencias con el masculino. “Conozco a personas de más de 60 años que me han dicho que han visto partidos de fútbol femenino y
les ha gustado más por ser más técnico”. Y bromea al explicar que “nosotras nos quejamos mucho, pero sin teatro, nos quejamos con razón”.
La jugadora pide a los padres que sean
comprensivos con sus hijos. “No deben recriminarles las cosas que fallan, tiene que apoyarlos para que lo hagan mejor”. Y, finalmente lanza un mensaje para las niñas. “Que no tengan miedo y disfruten.
Nadie tiene que cohibirlas. Que ellas dirijan su vida”.