Nueva derrota del Cádiz. Esta vez, contra el Barça. Un gol de De Jong, otro de Lewandowski, otro de Ansu Fati y, finalmente, uno de Dembélé dejan a los amarillos sin puntuar una jornada más. Sin embargo, poco importó el resultado en el momento que el duelo tuvo que ser detenido porque un aficionado de Fondo Sur necesitó atención médica.
El Nuevo Mirandilla vivió un momento histórico antes de que comenzara el partido. Mágico González, ídolo del cadismo sin importar generación, realizó el saque de honor mientras todo el estadio coreaba su nombre igual que hace cuatro décadas atrás cuando daba lecciones de calidad futbolística cada fin de semana.
Arrancó bien el Cádiz. De hecho, la primera ocasión del partido tuvo color amarillo. Rubén Sobrino lo intentó en un fallo de la defensa culé, pero el disparo del delantero fue repelido en segunda instancia. Sin embargo, el rival era muy fuerte y poco después hicieron temblar al cadismo. Memphis logró burlar a tres defensas y chutó a portería, pero Conan salvó a los suyos. Tan solo habían pasado diez minutos en los que el Cádiz tuvo medianamente controlado el encuentro cuando llegó el primer balón al poste del partido. Rapinha, a pase de Gavi, se plantó ante el portero argentino, pero el balón pegó en el palo. Los cadistas mantenían la esperanza viva.
Y es que el equipo de Sergio González estaba realizando un gran trabajo. El Barça dominó a los cadistas, pero no tanto como se esperaba en un encuentro como este, y tampoco lograron tantos disparos a puertas como se podían prever. Lo intentó Ferran, también Busquets, pero los amarillos resistían con una buena actuación en portería y un equipo entregado. ¡Ay! Si se hubiese jugado así en jornadas anteriores...
Los amarillos no contaron con más opciones de gol, tan solo la de Sobrino en el arranque, pero el marcador 0-0 cuando el colegiado señaló el descanso ya era una gran noticia.
El silbato del árbitro volvió a sonar para dar comienzo a una segunda parte que daba miedo. Más si se recordaba el partido ante el Celta, cuando los amarillos hicieron una gran primera parte y nada más llegar a la segunda se adelantó el rival y el Cádiz desapareció. Pues bien, algo así pasó nuevamente. Tras una ocasión de Fede San Emeterio en la que el balón salió por encima de la portería, en el minuto 54 el Barça se adelantó con un gol de De Jong. Un balón filtrado de Raphinha para Gavi buscando el pase atrás fue el inicio de la jugada, pero apareció Ledesma para despejarlo. No obstante, allí estaba De Jong esperando para solo tener que empujarla al fondo de la portería y adelantar a los suyos.
Ahora llegaba el momento clave para los amarillos: no venirse abajo. Tras el gol, Sergio González intentó refrescar un poco al equipo con dos cambios. Retiró del campo a Álex e Iván Alejo y dio entrada a Alarcón y Bongonda. Pero de poco sirvió, ya que instantes después de realizar estas variaciones dieron resultado los cambios realizados por Xavi Hernández. Un reción ingresado Lewandowski puso el 0-2 en el marcador. Fue una jugada casi calcada a la del primer tando culé. Desastre.
El Cádiz ya estaba perdido. Remontar un 0-2 al Barça es una tarea muy complicada siendo un equipo humilde. Sin embargo, lo que la afición pedía ya llegados a ese punto es ver que su equipo pelea hasta el final. Recuperar aquello de la lucha no se negocia.
El partido tuvo que ser detenido en el minuto 81 debido a que un aficionado de Fondo Sur tuvo que ser atendido por los médicos. El estadio quedó enmudecido mientras rogaban que todo quedara en un susto. Una vez que Cruz Roja terminó de atender al aficionado y a un operador de cámara que también necesitó asistencia, unos 45 minutos, los jugadores regresaron al campo para calentar y reanudar el partido. Tras la reanudación, otro gol, esta vez de Ansu Fati. Y el último, de Dembélé. Poco importaba ya a un estadio que quedó helado por lo sucedido en las gradas. El Cádiz sigue sin puntuar y sin marcar. La situación cada vez es más preocupante y más difícil de remontar.