La convocatoria de este sábado de la plataforma ciudadana Cádiz Resiste para reivindicar el derecho a una vivienda digna y mostrar el rechazo a la subida de los alquileres, la especulación, los fondos buitre y las clausulas abusiva, así como la presión turística, ha sido un éxito sin paliativos. Los organizadores aseguran que reunieron hasta 4.000 personas al término de la marcha, en la Plaza de San Juan de Dios, pero al margen de las cifras de participantes, la clave está en el relato sobre el principal problema de la ciudad y su influencia en el debate público.
Para Cádiz Resiste, el origen del problema se halla en “las reconversiones navales, que nos empezaron a arrinconar al turismo” como alternativa. La plataforma, que denuncia la amenaza de una “burbuja hotelera de viviendas con fines turísticos y hotelera”, cuestiona que la actividad genere beneficio. “Aunque en Cádiz cada vez toquemos a menos, no nos estamos enterando de mucho”, advierten. En cualquier caso, señalan que, ante la proliferación de alojamientos, “aquí solo se construye a precio de lujo y como segunda residencia, y no se alquilar a quien quiere vivir la ciudad todo el año”. De hecho, advierten desde la organización, ni siquiera los camareros “pueden permitirse residir donde sirven”. Cádiz, concluyen, ha perdido 40.000 habitantes desde 1980. Por ello, reclaman “más casas para la gente y menos para alquilarlas, alquileres acordes con los sueldos, viviendas públicas”.
La plataforma ha logrado que los dos principales partidos de la oposición defiendan en el Pleno sus postulados. Adelante Izquierda Gaditana plantea, además de extender la protección de las fincas para evitar nuevos alojamientos ya retirar incluso licencias a pisos con fines turísticos; el PSOE, que no se dé una más. El alcalde, Bruno García, se lo piensa.
