La chirigota de Jerez debuta en el Falla presentando a un personaje que sufre numerosos tics, además de un importante trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Lo explican de aquella manera en una presentación cortita de ingenio. Sorprende por surrealista el desarrollo del primer pasodoble, en favor de la diversidad en el acceso al empleo. No le dan anuncios de champú a los calvos. No es menos absurdo el segundo, para su mala suerte en el amor. Acaban con la chica de la curva (y ellos son celíacos). En la misma línea se desarrollan los cuplés, regulares. El popurrí en cuanto a contenido es un sueño con fiebre. Muy loco todo.
Lo mejor La apuesta sin complejos por el surrealismo en los pasodobles
Lo peor Los teatrillos entre coplas (y en el popurrí), innecesarios y sin gracia