Despide la sesión con timidez y poco acierto la jovencísima comparsa de Chiclana, que representa con su tipo a un grupo de obreros que levanta un puente de plata hasta el Falla. La interpretación comienza comedida y se agradece, pero no tarda en volverse disparatada. Intento de poesía en los pasodobles, el primero para la vida, que se pasa mejor con amor. Segundo en la misma línea, para el agua, en lo bueno y en lo malo, pues da vida y también mata. Si ya les cuesta a las comparsas el tema de los cuplés, ¿a quién se le ocurre hacer una cupletina? Sufrimiento multiplicado por tres. Los herederos del Levante como modelo a seguir.
Lo mejor El punto de partida es tan bajo que sólo pueden ir a mejor en el futuro. ¡Ánimo!
Lo peor El desastre a nivel interpretativo es de los que se recuerdan pasados los años
