Estudio de la universidad de Huelva junto a la de Wageningen en Holanda.
Las universidades de Huelva y de Wageningen (Holanda) colaboran en la obtención de biodiésel a través de microalgas para convertirlo en una alternativa sostenible a los combustibles fósiles y a los biocombustibles obtenidos a partir de otras materias primas.
En rueda de prensa, el profesor de la Universidad de Wageningen y experto en la producción de algas para la obtención de biocombustibles, René H. Wijffels, precisó que los experimentos hasta ahora desarrollados confirman que con las microalgas se produce biomasa que contiene entre un 40 o 50 por ciento de lípidos, componente que, mediante procesos químicos, se ha de extraer para la obtención del biocombustible.
El experto, que participa en el encuentro Biodiesel: producción y nuevas materias primas, en la sede Iberoamericana de La Rábida de la UNIA, indicó que por el momento es una tecnología “muy virgen que necesita desarrollo”, y que las algas “han de ser una alternativa a los biodiésel actuales que se producen a partir de restos de otros aceites que usamos.
Reconoció que en al actualidad es una alternativa “demasiado cara”, por lo que ha apostado por la necesidad de desarrollar procesos para bajar los precios “bastante” de forma que sea posible aumentar la escala de producción para llegar a un precio muy similar a los biodiésel actuales.
En estos momentos, la obtención de este producto a partir de microalgas tiene un coste cinco veces superior al de cualquier otra materia prima, y así para obtener un litro de biodiésel se necesitan dos o tres kilos de microalgas cuya producción tiene un coste de entre dos a cuatro euros.
El experto avanzó que en un horizonte de unos 10 años será posible que se haya conseguido una bajada del precio hasta un nivel comercial.
Por su parte, el profesor de la Universidad de Huelva, Carlos Vílchez, que coordina estos estudios desde la institución onubense y dirige el encuentro en la UNIA, explicó que la universidad onubense está aprovechando su colaboración con la universidad alemana para aprender cómo se da el salto del laboratorio hacia la aplicación.
Para ello se cuenta con unas instalaciones en el Ciecema, Matalascañas (Huelva) donde ambas instituciones, junto con Cepsa y la Universidad de Cádiz, trabajan desde hace 2 años en “cómo producir más microalgas por metro cuadrado en menos tiempo de manera que la producción se mantenga de forma continua, que el crecimiento sea robusto y resistente”.