Dos de los tres grandes incendios registrados en los últimos días en Galicia, dos de ellos en los municipios orensanos de Lobios y Manzaneda, han sido extinguidos tras quemar más de 1.500 hectáreas, aunque en ese último municipio todavía permanece otro incendio, controlado, que ha arrasado unas 1.800 hectáreas.

Así se desprende del último comunicado divulgado a última hora de este jueves por la Consellería de Medio Rural sobre los fuegos forestales que afectan particularmente a la provincia de Ourense.

La nota precisa que fue extinguido este jueves a las 20:20 el incendio forestal de la parroquia de San Paio de Araúxo, en Lobios, tras calcinar, desde la semana pasada, unas 1.000 hectáreas "rasas", según cálculos todavía provisionales, después de que el miércoles los equipos de extinción lograran controlarlo.

También puntualiza que a las 18:00 horas de este jueves quedó extinguido un incendio detectado en la parroquia de Paradela, en Manzaneda, después de que las llamas arrasaran unas 550 hectáreas de "superficie rasa", según datos preliminares.

Sin embargo, en ese mismo municipio, aunque en la parroquia de Cernado, todavía permanece controlado desde el miércoles otro incendio registrado hace una semana y que ha quemado ya unas 1.800 hectáreas de zonas forestal, según datos provisionales.

Ese incendio fue detectado a las 17:23 horas del pasado jueves y participan en las labores de extinción 2 técnicos, 18 agentes forestales y 39 brigadas, con ayuda de 11 motobombas y 5 palas mecánicas, y el apoyo de 15 helicópteros y de 9 aviones, según el citado departamento de la Xunta.

Añade que también han quedado extinguidos a las 19:00 horas un incendio en el municipio orensano de Vilar de Barrio que quemó unas 120 hectáreas, otro a las 17:25 horas en el de Melón que arrasó unas 80 hectáreas y otro a las 18:30 horas en el de Parada de Sil que ha calcinado unas 21 hectáreas.

Además, apunta que han sido controlados durante la jornada otros cuatro incendios en los municipios orensanos de Montederramo, Vilariño de Conso, Veiga y Baltar, tras quemar unas 200, 35, 20 y 20 hectáreas, respectivamente, según cálculos aproximados.