El príncipe de Asturias ha calificado de "gran victoria" del Estado de Derecho que ETA haya asumido la derrota de su actividad terrorista tras tantos años en los que su violencia causó cientos de víctimas, para las que también ha pedido un "emocionado homenaje" a su memoria y dignidad.
Sus palabras han sido acogidas con una prolongada ovación por las 1.500 personas que seguían en directo en el Teatro Campoamor de Oviedo la ceremonia de entrega de la XXXI edición de los Premios Príncipe de Asturias, que presidió junto a su mujer, la princesa Letizia, y en presencia de la reina Sofía.
Tras destacar que "quienes han martirizado durante tantos años a la sociedad española con su violencia terrorista" asumen así la "derrota" de ese proceder, ha subrayado que se trata de "una victoria de la voluntad y determinación de las instituciones democráticas, del sacrificio y el trabajo abnegado, eficaz, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad" y del conjunto de la sociedad.
"En esta hora en la que la libertad y la razón se abren camino sobre la barbarie, quiero volver la mirada, querría que todos unidos volviésemos la mirada, con inmenso cariño y respeto hacia las víctimas, hacia su dolor, y rendir el homenaje más emocionado a su memoria, a su dignidad", ha añadido.
El heredero de la Corona ha dedicado una parte importante de su discurso a reflexionar sobre una crisis económica que pone a prueba los modos de vida de los españoles y ante la que don Felipe ha instado a actuar "con decisión y valentía", sin pesimismo y con "espíritu colectivo de superación".
"Hoy, más que nunca, tenemos que estar unidos en torno a nuestros grandes objetivos nacionales y, muy especialmente, para afrontar ese gran reto que es recuperar el empleo", sobre todo para los más jóvenes, "que tienen derecho a que la sociedad les abra las puertas de la esperanza", ha recalcado el príncipe.
En su intervención, que ha puesto fin a la ceremonia de entrega de los galardones, don Felipe ha elogiado también los méritos y las trayectorias de los premiados, que contagian "la pasión por crear, la ilusión por innovar", con valores e ideales que deben inspirar siempre a todos.
Previamente, el poeta y cantante canadiense Leonard Cohen, galardonado con el Premio de las Letras, había tomado la palabra en nombre de los galardonados y, en una intervención improvisada, ha desvelado que el mentor de su carrera fue un joven español de quien desconoce su procedencia que le enseñó a tocar la guitarra en Montreal y de quien nace su agradecimiento a España.
"Todo lo que encuentren favorable en mi música y mi poesía viene de ahí", ha agregado Cohen tras indicar que nunca había contado en público que "los seis acordes" de una guitarra flamenca que le fascinaron se los enseñó un español en Montreal que se suicidó en esa ciudad a principios de los años sesenta del siglo pasado.
El director de orquesta Riccardo Muti, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2011, también ha improvisado un discurso en el que contrastó la belleza y armonía de la música con un mundo que vive inmerso en las luchas, las guerras y el odio.
El mexicano Arturo Álvarez-Buylla, que comparte el premio de Investigación Científica y Técnica con el norteamericano Joseph Altman y el italiano Giacomo Rizzolatti, ha dado un toque más académico a la ceremonia al avanzar que la neurobiología se encuentra en el umbral de una verdadera revolución conceptual, que presagia una nueva etapa en la comprensión del cerebro.
En nombre de los 'héroes de Fukushima (Concordia) intervino Toyohiko Tomioka, uno de los responsables de las operaciones de enfriamiento de la central siniestrada, que ha mostrado su disposición a seguir luchando para garantizar la seguridad del pueblo japonés.
Todos ellos compartieron escenario con el resto de los galardonados: el psicólogo estadounidense Howard Gardner (Ciencias Sociales), el filántropo neoyorquino Bill Drayton (Cooperación Internacional) el corredor etíope Haile Gebrselassie (Deportes) y la Royal Society (Comunicación y Humanidades).