Ha tenido que pasar un año y 48 días para que la incertidumbre de la familia Silva tuviera el mínimo alivio que entraña el que la desaparición de un hijo se convirtiera, gracias al trabajo de un grupo de montañeros en la localización del cuerpo sin vida del joven Iván Silva.
Un grupo de espeleólogos de la empresa Yebel Aventuras, han encontrado en una zona abrupta en las proximidades de la Cueva del Moro, el cadáver que, a falta de las pruebas periciales, se confirmó -según todos los indicios-, pertenece a Iván Silva.
Eran las once de la mañana cuando una de las cuadrillas que participaban en la búsqueda iniciada el pasado sábado encontró en una grieta "abrupta, profunda y con poca luminosidad” el cadáver de un varón. Una vez puesto los hechos en conocimiento de las autoridades se procedió al rescate del cuerpo del que participaron la cuadrilla de montañeros desplazados hasta la zona, facilitando así la labor de los agentes de la Guardia Civil desplazados hasta el lugar.
Familiares de Iván Silva, que fueron inmediatamente informados del macabro hallazgo, se desplazaron hasta el lugar, -conocida por ser uno de los abrigos con pinturas rupestres de máxima importancia en la zona- e identificaron el cadáver, que a pesar de encontrarse en avanzado estado de descomposición, vestía las ropas con las que fue visto el joven por última vez cuando hace más de un año huyó de su domicilio.
El cuerpo fue rescatado en una delicada operación que se prolongó por espacio de unas cuatro horas y en la que los propios espeleólogos participaron en las tareas de bajar el cadáver desde unos 40 metros. Posteriormente el cadáver fue trasladado hasta el Instituto Anatómico de Cádiz donde le será practicada pruebas de ADN y autopsia al objeto de determinar fielmente su identidad y determinar las causas de su fallecimiento.
Ayer, el trabajo de hasta ocho personas reunidas bajo la espeleología con el objetivo de intensificar una búsqueda que viene desarrollándose desde que el pasado 17 de diciembre de 2011 el joven de 26 años, Iván Silva huyera de su domicilio y se perdiera en la espesura de la sierra de Bolonia, dio resultados.
Desde el Consistorio tarifeño se brindó ayer toda la ayuda necesaria y el concejal de Participación Ciudadana, Juan Carlos Escribano confirmaba el fatal desenlace de la desaparición del joven Iván. “Es un desenlace fatal, y a falta de confirmación oficial todo apunta a que se trata del Iván”, lamentaba Escribano quien tuvo palabras de cariño y pesar para la familia del joven.
Por su parte, el delegado vecinal, Juan Pérez Carrasco, también lamentaba “el final “ de esta historia y confirmaba que en la aldea tarifeña de Bolonia la consternación se había apoderado de los vecinos. “Es un triste final. Todos en la aldea se encuentran abatidos por el dolor”.
El joven Iván Silva desapareció de su domicilio el pasado 17 de diciembre de 2011 cuando experimentó una crisis de la enfermedad mental que padecía. Huyó a bordo de un quad que abandonó en las proximidades del lugar donde ayer fue encontrado su cadáver. Su rastro se perdió en el monte a pesar de que se encontró parte de su ropa y sangre. A pesar de que durante días se realizó una intensa búsqueda de la que participaron guardia civil medios terrestres y aéreos, además de batidas de amigos y familiares nada se encontró y a los cuatro días de su desaparición se suspendió la búsqueda, dejando paso a un expediente de desaparición.
Durante más de un año, su familia realizó lo indecible para que, creyendo que el joven podría haber huido de la zona, se intensificaran los trabajos de búsqueda. Desde entonces y hasta ayer, una intensa búsqueda y siguiendo pistas que en ocasiones, no hicieron más que confundir, pero que era un “madero” donde aferrarse en la esperanza de ver regresar al joven Iván Sano y salvo. Hasta dos concentraciones se han sucedido a lo largo de un último año, recordando al joven. La última, un emotivo acto, en el que su hermana Isabel, acompañada de sus padres, amigos y familiares soltaron 12 globos verdes esperanza, por cada mes que faltó de su domicilio familiar.
Hace escasas semanas su familia se desplazó hasta la localidad francesa Grenoble en el sureste de Francia con la esperanza de poder encontrar pista del paradero del joven tarifeño, ya que en ella el joven pasaba periodos de vacaciones. Ayer las esperanzas se rompieron, pero el hallazgo de su cuerpo terminó con la incertidumbre que durante más de un año ha marcado la rutina de la familia. La hermana de Iván, Isabel, confirmaba la aparición del cadáver de su hermano y se mostraba agradecida por los gestos de cariño hacia su familia y el apoyo sentido durante todos estos meses atrás.