Curro Sánchez Varela, hijo del guitarrista Paco de Lucía, lleva este viernes a los cines españoles el documental Paco de Lucía: la búsqueda, una cinta en la que reivindica la "alegría vital" y el "sentido del humor" del artista, lejos de la solemnidad que siempre ha rodeado al músico, fallecido el pasado mes de febrero en México, donde residía.
Carlos Santana, Alejandro Sanz, John Mclaughlin, Estrella Morente, Pepe de Lucía, Chick Corea, Al Di Meola, Rubén Blades, Carles Benavent, Jorge Pardo son solo algunos de los artistas que aparecen en esta cinta, que comenzó a rodarse hace cuatro años y que toma como escenarios Madrid, Algeciras, Mallorca, Las Vegas y Nueva York.
Según ha indicado Sánchez durante una entrevista concedida a Europa Press, este documental fue posible gracias a sus ganas de desarrollar su carrera en el género del documental y a la suerte de tener en casa a una de las figuras más importantes del flamenco, "una gran historia dentro de casa". Lo siguiente fue intentar convencer a su padre porque, según ha admitido, "él no lo veía tan claro".
Fueron tres las ideas las que gustaron al músico. Por un lado, "ver a artistas de talla universal y de diferentes géneros como el jazz o el rock hablando de él". Por otro, el hilo narrativo que supone que un hijo haga una entrevista a su hijo y que su padre le cuente su historia, un "valor añadido" de este documental familiar, según indica.
Además, esta película muestra el "mundo oculto interior en el que todos querían estar". También su hijo, quien destaca la suerte de "verle componer un disco, en la soledad de su estudio, luchando contra sus fantasmas y sus neurosis". Sin ese vínculo familiar el documental habría sido casi imposible, tal y como reconoce Curro Sánchez, porque habría sido complicado conseguir esa "calidez" y "cercanía" con la que cuenta las cosas.
Paco de Lucía sorprende en este documental al mostrar una imagen alegre y "fiestera" desconocida hasta este momento. "Es un cliché que queríamos eliminar. Paco siempre ha tenido esa imagen de hombre solemne y serio, y la gente se pensaba que era un artista muy atormentado o tímido, no se ha reivindicado esa faceta andaluza de Paco que había que contar. Era realmente su esencia"", ha destacado.
ROLLING STONES: "UNOS MAJARAS"
Curro Sánchez no aprendió nunca a tocar la guitarra. En la adolescencia fue algo que llevó con "vergüenza", según reconoce, porque suponía "no entender del todo los códigos" de su familia ni su "idiosincrasia", que al final es el "flamenco".
Paco de Lucía intentó enseñarle, aunque sin presionar: "No vio mucho interés por mi parte en tocar la guitarra. Era un defensor de que las cosas tenían que salir de manera auténtica". Sin embargo, cree que ese carácter de "oveja negra" se convirtió en un arma, porque si no se hubiera dedicado a esto "jamás" habría podido hacer el documental, tal y como indica.
A pesar de no compartir la pasión por la guitarra, padre e hijo sí estaban unidos por la música y, según recuerda Curro Sánchez, a ambos les gustaban los clásicos españoles (Falla y Granados) y el jazz. "Ahí un gran punto de encuentro. Era un loco de John Coltrane y Miles Davis", apunta.
Leonard Cohen, a quien considera un "poeta", no conmovía tanto a Paco de Lucía, de la misma manera que los Beatles no fueron un grupo trascendental para el maestro --quien según su hijo nunca debió escuchar una canción entera-- o los Rolling Stones, de quien recibió una suculenta oferta.
"Invitaron a Paco a colaborar en disco. Cuando él recibió la copia en su casa de México se tumbó en la hamaca, vestido con la bata japonesa que llevaba puesta a todas partes en la intimidad, y dijo: "Estos son unos chuzos y unos majaras, yo con esta gente no hago nada, no me gusta lo que hacen". Y a mí me volvían loco. Le dije: "¿Cómo no lo vas a hacer?", cuenta Sánchez.
GUITARRISTA FLAMENCO
Paco de Lucía solo llegó a ver los primeros 45 minutos del documental y, al igual que todo en lo que participaba, también fue exigente y perfeccionista, especialmente con la música. "Era firme y duro, me dio caña hasta que las canciones quedaron perfectas, incluso después de revisarlo seguía viendo defectos que nadie entendía", recuerda su hijo.
El guitarrista "nunca llegado a una meseta artística donde se haya sentado y haya explotado un mismo estilo, sino que su ascenso siempre ha sido vertical", según cuenta Curro Sánchez. Esa "presión máxima" habría podido terminar en el deseo de ser sucedido por otro guitarrista y es también la explicación por la que para Paco de Lucía, el momento de máxima felicidad siempre fue su "infancia".
Chick Corea, uno de los artistas que aparece en el documental, señala que hay que entender a Paco de Lucía fuera del flamenco porque se le queda "pequeño", una afirmación con la que el músico no estaba de acuerdo, a pesar de entenderse en el plazo musical como si fueran "hermanos gemelos".
"Paco decía que todas las barreras que había saltado le habían servido para volver al flamenco con todo lo que había aprendido de esas músicas y así enriquecerlo, pero siempre dijo que era un guitarrista flamenco", concluye el director de este documental.