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Ventanas

En los pueblos, las ventanas tienen una medida escasa para iluminar, si quiera miden lo justo para que respire el adentro

Publicado: 13/03/2019 ·
20:28
· Actualizado: 14/03/2019 · 13:27
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Autor

Ángel Pérez Mora

Escuela de Arquitectura de Málaga. Autor del proyecto de Rehabilitación del Palacio de la Aduana y Plan Especial de Baños del Carmen

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Días atrás rendimos homenaje a la escalera, por ser invento extraordinario y poco apreciado. Por hacernos increíblemente fácil el subir y bajary además poner magia anuestros espacios. Esto enseguida lo entendieron los constructores de catedrales y los maestros de cine filmando planos sublimes con una escalera inmensa y la estrellaallá en lo alto.

Como una escalera, una ventanaes objeto desapercibido en nuestro día a día. En los pueblos, las ventanas tienen un tamaño escaso para iluminar, si quiera miden lo justo para que respire el adentro. Sin embargo en las ciudades, las casas parecen tener gusto en agrandar sus ventanas. Cuando las casas crecen hacia arriba, las ventanas se estiran  hacia abajo como teniendo cuidado de no perder de vista la calle. Después se ponen barandas y balcones para saludar al que pasa. Se agrandan ventanas para mirar y también para hacerse ver.

Recuerdo Holanda por sus inmensas ventanas que se muestran casi siempre sin cortinas, transparentes a todos los que piensan que la vida diaria de cada uno no tiene nada que esconder. En la Europa del Norte, la de la poca luz, la arquitectura de la técnica eliminó la ventana e ideó el muro de vidrio que unifica la fachada de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Desde fuera hizo posible el edificio-escultura y hace la mirada ancha al horizonte desde el interior de cualquier planta de oficina. Sin embargo tengo mal recuerdo del medio oeste americano y las habitaciones de sus hoteles de carretera con una gran ventana extensa y sin un mínimo picaporte que nos permita abrir para sentirnos fuera siquiera un instante.

Hay quien entiende la ciudad como el sitio donde se juntan miles de coches para atascarse. Yo veo ciudad donde se empiezan a concentrar ventanas. Supimos que en Nueva York los edificios crecieron para multiplicar miradas al interior verde de Central Park. Esto fue posible gracias al ascensor. Y gracias al ascensor y a la ventana, los edificios en las ciudades multiplican hacia arriba miradas y atardeceres.

La ventana se abre para llevar luz al espacio interior, pero,por medio de nosotros, se vuelve cosa mágica, como la escalera. Desde dentro, enmarca nuestra mirada y nos convierte en espectadores del afuera. Entonces la calle se vuelve fondo y la vida entre las aceras se hace película.

Hubo noches de estudiante en las que otra ventana iluminada animaba desde fuera ese esfuerzo solitario de estudiar de madrugada. Pesan sin duda, en el hombre urbano, las noches sin estrellas. Sin embargo, cuando solo hay luces sobre las aceras, bajo la oscuridad del cielo, a veces los edificios desaparecen y sus fachadas se diluyen, entonces las ventanas vienen a traer magia en las noches del asfalto y hacen brillararriba aquí y más arriba allá, miles y miles de estrellas cuadradas.

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