Mostró el deseo de que su deporte vuelva a ser algún día olímpico al poner en valor todo lo que se ha visto en la cita
La karateca Sandra Sánchez, medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, mostró el deseo de que su deporte vuelva a ser algún día olímpico al poner en valor todo lo que se ha visto en la cita.
"Ojalá remuerda conciencias. Creo que la estela que ha dejado el karate ha sido buena, que los valores que hemos demostrado hacen falta en la sociedad. Esto se decide en despachos, no tiene nada que ver con el deporte. Ojalá esas personas que toman las decisiones nos hayan podido ver, se remuerdan algunas conciencias y consigamos que el karate vuelva a ser olímpico", señaló a EFE tras recoger la medalla Iberdrola a la energía en el deporte.
"Hubiera merecido la pena pasara lo que pasara. Ojalá volviéramos a ser olímpicos, pero aunque no lo seamos disfruto entrenando, disfruto aprendiendo, disfruto creciendo como karateka y persona. Eso te lo da entrenar, compartir con tus compañeros, tener un buen maestro. Eso no te lo dan las medallas, es lo que es independientemente de la competición", comentó.
Ahora bien, sabe que ha aprovechado una buena oportunidad: "Ya he cumplido, tengo mi medalla. Soy consciente de que he vivido algo increíble, único. Ojalá que no, pero es verdad que esa medalla era muy especial porque de momento va a ser la única. Estoy súper feliz de que todo haya salido tan bien".
Sobre lo que ha venido después de ese éxito, indicó: "Lo sigo viviendo. Son tantos sentimientos, tantas emociones... Allí pasó todo tan rápido y tan intenso que ahora va dejando lugar a todos los sentimientos, disfrutando de ello".
"Me encanta poner el vídeo, ver cuando el árbitro levanta la mano, cuando nos abrazamos... me gusta revivirlo porque pasó todo tan rápido que quiero disfrutarlo todo más y más despacio", expresó la karateca.
En cuanto al lugar donde colocará su presea, dijo: "De momento va de un lado a otro, aún no tiene un sitio fijo porque hay que enseñarla y compartirla con todo el mundo. Estará en casa con una foto del abrazo de Jesús y yo, porque la conseguimos juntos y es de los dos".