Combinando distintas frases pronunciadas por la presidenta de la Junta, el PP interpreta de forma muy crítica que Susana Díaz tendrá “la cabeza en Madrid y la cola en Andalucía” (por aquello de que “estaré donde quieran mis compañeros y compañeras, en la cabeza o en la cola del PSOE”) tras afirmar aquélla que se puede ser simultáneamente secretario general de un partido y presidente de una comunidad autónoma.
Una vez más, observamos la incoherencia de los políticos y cómo cambian de discurso o traducen el ajeno en función de las circunstancias o de sus intereses. Si el PP andaluz fuera coherente, tendría que haber adoptado el mismo tono crítico con Dolores de Cospedal, que como secretaria general de su partido debió tener en su momento la cabeza en Madrid y simultáneamente la cola en Castilla-La Mancha en calidad de presidenta de esta comunidad autónoma.
A su vez, Susana Díaz ha variado su discurso al hablar -todavía de forma genérica para que se vaya asimilando y aceptando su mensaje- sobre la compatibilidad de cargos políticos ante su previsible candidatura a la Secretaría General del PSOE sin renunciar por ello a la Presidencia de la Junta. Hasta hace poco tiempo, Susana siempre utilizaba la metáfora ferroviaria para decir cosas como ésta: “A quienes se preocupan de los trenes y de las estaciones en que me subo, el único tren que voy a coger es el de Andalucía. Es el único que quiero coger”. Puede ser compatible un doble cargo, sí, pero no deseable, porque Andalucía es tan importante que necesita de su presidenta dedicación plena las veinticuatro horas del día.
