Una semana después se oye la primera crítica al alcalde. Con su destino ya marcado, estos bohemios cierran su pase entre aplausos
Paco Catalán vuelve a intentarlo otro año y tras el mal sabor de boca del año pasado con sus marionetas, con un tipo menos complejo en su puesta en escena, retrata a unos músicos de la calle con poca fortuna.
Libres con su música y cuanto menos original en su acabado en el piropo a la gaditana en el primer pasodoble.
En su segunda letra, recuerdan las promesas del alcalde con la recuperación de las libertades anunciadas.
Una semana después se oye la primera crítica al alcalde. Con su destino ya marcado, estos bohemios cierran su pase entre aplausos.