Nos hallamos próximos a cumplirse los cuarenta y tres años del alumbramiento o creación de la Federación Onubenses de Empresarios, el día 1 de marzo del 1977, año de gracia y de culminación de florecientes ideas de aislados empresarios onubenses, como aislada se halla todavía Huelva, en el antes y el después del Descubrimiento de América, estos iluminados onubenses, repito, con una valentía a prueba de bomba, cargados de generosidad, en unos tiempos muy complicados, tuvieron la grandeza de unificar criterios en tanta diversidad empresarial y laboral, y también aglomerar de manera fehaciente desde la más silenciosa “de las pequeñeces” casi de puntillas, pero como la génesis de ingentes obras sin parangón como lo fue la funcionalidad de la Organización Empresarial Federación Onubense de Empresarios.
Uno que ha conocido de lleno el recorrido sustancial y múltiple de la natividad de esta organización a través de conocimientos facilitados para que la misma pueda estar con letras de oro de manera bibliotecaria o colocadas en los mejores ángulos de la estantería donde los libros, según dicen, comienzan su tipo de “eternidad”, recalco a ese grupo de onubenses que le dieron vida a la organización, y que de ninguna de las maneras jamás podrá deshacer el peor de los olvidos porque sigue vigente apoyada en los mismos pilares.
Resultaría imposible enumerar hechos, situaciones, buenas y conflictivas, como también se dan en las mejores familias, precisamente la sociedad más perfecta que debería existir y no es así, pero no podemos dejar, en esta oportunidad que me ofrece Viva Huelva, de reseñar nominalmente a aquellos hombres de bien, su entereza y confianza en el gran reto que tenían por delante y que afrontaron con la mayor naturalidad del mundo, atando cabos, como aquellos marineros que le precedieron antes de su partida hacia las Américas, hombres, como digo, de carne y hueso, pero con mentes, dicho sea de paso, que fueron adelantadas a ese tiempo que les había tocado vivir para el servicio de las futuras generaciones.
Y ateniéndonos al refranero español, tan rico, veraz, pero también tan contradictorio, como los genes que llevamos una gran mayoría de los españoles, rescatamos el siguiente refrán: “De bien nacido es ser agradecido”. Por ello, me tomo la licencia de citar a aquellas personas que firmaron el 1 de marzo del 1977 en la calle Miguel Redondo el Acta Fundacional de la Federación Onubense de Empresarios. A saber: Carlos Expósito Bodro, Sebastián Amaya Redondo, José Luis Artés Sánchis, Miguel Raya Romero, José Antonio Fonseca Sotomayor, Genaro Fernández Rey, Benito Romero Llorca, Manuel Olivares Cascales, José Luis Ruiz Díaz, Manuel Santamaría Pérez y Miguel Martín Pérez. Subrayar que el fundador fue Genaro Fernández Rey.
En la actualidad, el presidente de la FOE es José Luis García-Palacios Álvarez, hijo de su predecesor en el cargo, José Luis García Palacios, hombre de bien, modélico en el trato, amable, carismático, que hizo extensiva su labor presidencial en la organización, dejando a gran altura el Pabellón Empresarial de Huelva, y que murió de la manera muchas veces reseñada en distintas personas de su calibre, al pie del cañón.
