La factura de la luz asfixia al pequeño comercio y a la hostelería que tiene que hacer malabares para llegar a fin de mes y pagar a sus trabajadores. Los recibos no paran de subir y el peor de los escenarios, verse abocados al cierre, atormenta a las empresas. Ante el temor de acabar como otros compañeros con el cartel de "cerrado para siempre" , muchos optan -para ahorrar costes- por reducir el consumo eléctrico y los horarios de apertura.
Muchas empresas se llevan las manos a la cabeza y comprueban, hasta dos o tres veces, con incredulidad el importe de su factura de la luz. Perplejos ante el gasto inasumible que se les viene encima, el doble o triple en el peor de los casos, viven "a duras penas pagando facturas" con la mirada puesta en el futuro "incierto" que les espera: "Nos estamos asfixiando. Hay más gastos y menos beneficios, es una auténtica locura", explican en un negocio familiar.
"Lo poco que se gana es para pagar y pagar. Así es muy difícil tener un negocio. No salen las cuentas aún teniendo clientes fieles y vendiendo bastante, vives preocupado por los recibos y la inflación", explica Juan Manuel Quirós de 'Carnicería Juan Quirós'.
El sector debe encajar las pérdidas al no poder repercutir la subida al cliente: " No podemos subir un filete de ternera al doble, como la luz, evidentemente. La gente no tiene el poder adquisitivo que tenía hace tres o cuatro años. Se ha subido algo, sí, pero de forma razonable. Nos toca, a nosotros los empresarios, aguantar hasta que pase esta mala racha", explican. Y es que esta subida también la sufre en su hogar el cliente, tal y como recuerda, Paco Pizarra, "subir 10 céntimos un café para el cliente supone mucho. Ellos también están padeciendo la inflación de los alimentos y la subida de la luz".
Facturas tres y cuatro veces más caras, según algunos de los testimonios recogidos. "Aquí pagábamos unos 300 euros al mes y ahora pagamos más de 800 euros" cuenta uno de los socios del emblemático Bar Triana de El Puerto". "Ahora pagamos el doble. En vez de pagar 1.000 euros , estamos pagando 2.000 o 2.2000 euros. Eso solo en la luz, después hay muchísimas cosas que nos están subiendo por inflación", lamenta otro empresario local.
Visto así, cualquier truco es bueno para ahorrar en la factura astronómica de electricidad como reducir los horarios de apertura, coincidiendo con las franjas horarias de mayor coste, "por la tarde ya no abrimos, ahí nos quitamos un pico en la luz, de igual forma las neveras las tenemos apagadas lo máximo posible y las luces las ponemos lo menos posible. Aunque parezca una tontería, un poco de aquí y otro poco de allí, al final del día son unos pocos de kilovatios. Tampoco podemos hacer mucho más, en la carnicería tenemos productos perecederos. Pero todo cuenta".
Una situación que les lleva a temer el cierre de sus negocios. "Antes de que me cueste el dinero cierro, lo tengo claro. Ahora comemos, vivimos y llegamos a lo justo. Afortunadamente, de momento, podemos seguir. Lo que no sé es cuánto. Tal vez dos meses o un año. No vemos la luz al final del túnel".
"Algunos lo vamos a pasar muy mal" afirma un par de hosteleros. "Si antes teníamos un coste diario de 50 euros antes de abrir las puertas, ahora ese gasto es de 150 euros. Las cuentas no salen como antes. Nos hemos tenido que bajar los sueldos, trabajamos muchísimo para ganar menos que antes", apuntan.
Y donde una puerta se cierra, otra se abre. "Estamos en la tesitura de estar empezando, evidentemente cuando empiezas es invertir, invertir e inverir. Veremos si los frutos se recogen o no se recogen", narra el encargado del nuevo bar 'Destraza'.
Un panorama desalentador hasta para el más optimista, el recién llegado; que encaja las pérdidas de la mejor forma posible. "Si la cosa sigue subiendo, tendremos que apretar el cinturón y bajarnos el suelo en la empresa familiar".