La Plaza de Toros de El Puerto recupera en su cañón de entrada de la Puerta Grande las doce cabezas de toro de Osborne, que ya lucen en los muros del centenario edificio de 1880 para dar la bienvenida a portuenses y visitantes esta Temporada de Verano, que arrancará el próximo sábado 27 de julio.
Una excelente noticia para toda la afición, que podrá disfrutar de nuevo de una imagen legendaria de la Plaza Real, que otorga todavía más empaque al coso taurino portuense junto al azulejo de la eterna frase de Joselito El Gallo, que reza "Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros" y que obliga a todos los aficionados del mundo a peregrinar aunque sólo sea una vez en su vida a esta maravillosa plaza del Sur.
El equipo de Gobierno de Germán Beardo, tal y como se comprometió, devuelve así las cabezas de toros de dos míticas corridas de El Puerto que han sido emblema en el cañón de entrada de la Puerta Grande y en la de Sol. Tras alcanzar el Ayuntamiento y la familia un acuerdo de compra con el compromiso de conservarlas y devolverlas a su ubicación para realce de nuestra Plaza Real y haberlas rehabilitado, ahora regresan a su sitio, un lugar que nunca debieron perder. No sólo por su valor económico sino también porque siempre fue el deseo expreso de Don José Luis Osborne Domecq, ganadero propietario de las doce cabezas y portuense.
Se trata de las seis cabezas de toros color blanco ensabanaos correspondientes a la corrida celebrada el 21 de agosto de 1982, lidiados por las figuras del toreo Manolo Vázquez, José Luis Galloso y Paco Ojeda, y las seis cabezas de toros color coloraos lidiados el 11 de agosto de 1991 por José Miguel Arroyo `Joselito´, Miguel Báez `Litri´, y Juan Serrano `Finito de Córdoba´.
Dos corridas que entraron en los anales de la historia de la tauromaquia por lidiar seis toros ensabanados y seis toros colorados en la misma corrida procedentes de una misma ganadería, dos hitos genéticos que muy difícilmente se puedan repetir. Especialmente la de los toros ensabanados de Osborne lidiada de noche hace más de cuarenta años que tuvo una repercusión mundial, pues aparte de la rareza de las capas de los toros fue en esa corrida donde se encumbró como máxima figura del toreo a Paco Ojeda, al cortarle dos orejas y el rabo a uno de los ensabanados. Además de completar el cartel el maestro Manolo Vázquez en su reaparición antes de su retirada definitiva de los ruegos y la figura portuense y maestro José Luis Galloso.
El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, acompañado del concejal de Plaza de Toros, Carmelo Navarro, el teniente de alcalde de Presidencia, Jesús Garay, y Millán Alegre, ha supervisado su colocación esta misma mañana.
El primer edil de la ciudad ha agradecido al concejal de Plaza Real su tesón en este reto conseguido, así como al teniente de alcalde Millán Alegre por el esfuerzo realizado desde que él fuera concejal de Plaza Real para devolver las cabezas a la Plaza, el trabajo realizado por los técnicos de la Concejalía para lograrlo y, por supuesto, a la familia por su predisposición para llegar a un acuerdo.
Las doce cabezas proceden de la misma ganadería, marca de El Puerto, de las pocas que han existido en la localidad. Reses de un creador portuense que pastaban en la Dehesa Bolaños y que procedía de una mezcla de sangres mítica, Veragua, Mora Figueroa y Conde de la Corte, que ligadas han sido la madre de la gran mayoría de las ganaderías bravas de España. Por la procedencia de Veragua, la ganadería de José Luis Osborne tenía en su época una gran variedad de capas difícil de obtener en otras ganaderías, de ahí que se diera la excepción genética en aquellos años de tener en la misma camada seis toros de una misma capa y con la conformación morfológica igualada para ser lidiados en una plaza de solera como la de El Puerto.
Fue en 1996 cuando el ganadero José Luis Osborne Domecq suscribió un contrato con el Ayuntamiento para exhibir las cabezas de los toros de Osborne de las famosas corridas de ensabanados y colorados. Tras años de ausencia, ahora los coloraos “Juicioso, Velador, Testarudo, Aldeano, Trapajoso y Explorador” y los ensabanaos “Trapecista, Vivillo, Locare, Chulón, Serpentino y Diabólico”, de divisa verde y blanca y característico pelaje, regresan a su Plaza.
Como recogía el informe del veterinario Antonio Ruiz López, “el verdadero valor de las cabezas reside en lo que ambas corridas supusieron para la historia de Plaza Real, en su valor patrimonial y museístico y en su valor sentimental para los portuenses y para todos los aficionados a la tauromaquia que podrán volver a disfrutarlas en la Plaza de Toros de la que nunca debieron salir”.