En la misma semana que conocemos que el Ministerio de Economía empieza a alertar que los incumplimientos económicos de los ayuntamientos pueden acarrear consecuencias funestas, hoy adelantamos que la intención del Consistorio portuense es mirar con lupa todas y cada una de las ayudas que han venido recibiendo las asociaciones sociales o Hermandades de la ciudad.
Aunque las vecinales van en otra área bien diferente, tampoco estaría mal que éstas también se ajustasen a un criterio mucho más realista y más acorde y por ende con un control más exhaustivo del que ha venido teniendo en las últimas décadas.
En época de mirar con lupa todo cuanto se otorga, cómo y a quién se da, es justo también priorizar de forma coherente. Bien es cierto que el dinero público pocas o raras veces se le ha dado el valor real que tiene cuando no lo es.
Optimizar los recursos ante un presupuesto ajustado debe servir para ayudar y subvencionar en la medida que se pueda y corte las que por motivos partidistas, cercanas e injustas han venido pagando con dinero de todos unos gastos que muchos de ellos han tenido un dudoso fin.
Es el momento de gastar lo justo y necesario y de no despilfarrar, de ayudar pero no de malgastar. La ‘tarifa plana’ para todos por igual debe ser historia.