Era cuestión de tiempo, únicamente a que la fruta madurara para que el bipartito (PSOE-IU) empezara a salpicarle los problemas a la cara.
La baza con la que los vecinos irían de la mano con estos empieza a volverse en contra ante las dificultades que entraña hacer frente a las subvenciones municipales que se atrasan y que prometen abrir una encarnizada lucha por los intereses vecinales y que se añaden a las demoras e incumplimientos de otros colectivos sociales de la ciudad.
El desborde con el que empezará a incrementarse, dinamitará más pronto que tarde la cómoda situación de posponer de un Gobierno que comienza a recibir de su propia medicina de aplazar y de rentabilizar -hasta ahora le ha servido- la herencia recibida.
Tras dos años de legislatura, los vecinos -los primeros de una larga lista- dicen basta ante los reiterados incumplimientos del bipartito al que ya no se creen ni lo que leen ni lo que escuchan de sus gobernantes.
Las edulcorantes informaciones oficialistas llegadas de manera interesadas ya no frenan el malestar de los diferentes colectivos que no solo ven como no se solucionan los problemas con el paso del tiempo, sino que se incrementan.
El primer paso de los vecinos y sus asociaciones es vetar a los políticos con su ausencia en las representaciones de los diferentes actos que se celebren de manera oficial, abriendo el grifo ante lo que está por llegar. Los siguientes llegarán con el paso del tiempo. Marejada que se desborda.
