El azul Olivo solo apareció este Miércoles Santo en la indumentaria de sus nazarenos, el tiempo quiso tomó el triste protagonismo y obligó a que la junta de gobierno se tomara 45 minutos de espera para concretar el parte meteorológico que auguraría menos riesgo de lluvia. Ésta, aunque lluvia muy débil, apareció en algunos tramos del recorrido.
Esto no hizo sino dar más sentido a la Estación de Penitencia y a un discurrir donde la emoción estuvo a flor de pie después del tiempo aguardado en una abarrotada Basílica. Muchas lágrimas, rezos y abrazos quedaron atrás cuando se abrieron las puertas del templo a las 20.30 horas, una hora después de lo fijado.
Un Cristo Orante más espectacular que nunca no defraudó en su caminar inigualable bajo los sones de la madre y maestra de las bandas, la Agrupación Musical Santa María Magdalena de El Arahal (Sevilla), que no dejó de emocionar en cada marcha.
Ni que decir, María Santísima de Gracia y Esperanza completaba la procesión bellísima y elegante con su paso racheado y acompasado. La Esperanza de que no desluciera la noche marcó sin duda todo un recorrido que dejó la seriedad de una Hermandad que supo reponerse a un contratiempo de una manera triunfal.
No fue un Miércoles Santo más ni tampoco igual. El azul Olivo fue acompañado por el color del cielo, tampoco hizo falta para que la cofradía, sus hermanos, gozaran al fin y al cabo desde el principio hasta el final.
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