La actividad del sector manufacturero de España aceleró ligeramente su expansión en el mes de mayo, según el índice de gerentes de compra (PMI), que subió a 53,8 puntos desde los 53,3 de abril, ampliando así a 16 meses consecutivos el periodo de crecimiento, aunque el estancamiento de la demanda y la inflación sugieren que la estanflación representa una amenaza real.
"Aunque la economía manufacturera de España continuó creciendo en mayo, el estancamiento de la demanda y las persistentes presiones inflacionistas generaron preocupaciones constantes sobre la salud subyacente del sector", advirtió Paul Smith, analista de S&P Global, para quien "el espectro de la estanflación es de hecho una amenaza real y creciente para la estabilidad económica".
De esta manera, a pesar de que la producción manufacturera siguió aumentando en España, los nuevos pedidos no variaron y las exportaciones fueron ligeramente inferiores. Asimismo, se siguieron creando puestos de trabajo, aunque solo levemente, mientras que persistieron los desafíos de capacidad en medio de los continuos retrasos en la entrega de suministros.
De su lado, la presión de los precios siguió siendo considerable, mientras que las expectativas de producción se vieron algo atenuadas por la preocupación con respecto a la inflación y la incertidumbre geopolítica. En este sentido, las empresas continuaron haciendo acopio de existencias en un intento de esquivar el aumento de precios y la
escasez de materiales.
Por último, la confianza sobre el futuro se mantuvo positiva, aunque persistieron las preocupaciones sobre la inflación y las incertidumbres geopolíticas.