Aunque alrededor de la pasada medianoche del viernes al sábado (misma hora GMT) las fuerzas de seguridad ya desalojaron a los voluntarios de la mezquita, como pudo constatar Efe, la retirada de escombros terminó oficialmente este mediodía, después de que perros adiestrados hiciesen el último rastreo, antes de dejar paso a las excavadoras.
La entrada de esas máquinas fue la señal definitiva de que ya no hay esperanzas de encontrar a más supervivientes, que hasta el momento han sido trasladados a centros hospitalarios de Mequínez y de la cercana Fez.
Ayer tuvo lugar cerca de la mezquita derruida una oración colectiva en recuerdo de los muertos, en la que participaron, según dijeron a Efe testigos presenciales, responsables regionales y provinciales, y numerosos vecinos y familiares de las víctimas.
Las escenas de caos que siguieron a la caída del minarete fueron sustituidas por la preparación de los funerales.