En un comunicado, el Consejo de Ministros saharaui condenó la “grave” situación de los derechos humanos en los territorios del Sahara Occidental bajo control marroquí y la “brutal represión contra todo tipo de protesta pacífica”.
El Gobierno saharaui consideró que la protesta constituye “un grito de rechazo colectivo de todo el pueblo saharaui contra la política colonial marroquí en el Sahara Occidental”.