El primer ministro, Yorgos Papandréu, afirmó que los terroristas “no atemorizaran a la democracia” y que tampoco “conseguirán dañar los esfuerzos de Grecia de poner en pie su economía y su credibilidad”.
“Estoy completamente satisfecho con el trabajo que se está haciendo”, declaró, por su parte, el ministro griego de Orden Público, Jristos Paputsis, al referirse a la decisión de suspender por dos días los envíos por avión de paquetes al extranjero y al minucioso registro que se lleva a cabo en los aeropuertos griegos.
Los puertos y aeropuertos y los edificios públicos en las principales ciudades de Grecia están estrechamente vigilados, mientras proliferan los falsos anuncios de bomba, según indicaron a Efe fuentes policiales.
Al tiempo, las oficinas de la canciller alemana Angela Merkel y del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, investigan los canales que siguieron los dos paquetes dirigidos a estos jefes de gobierno que lograron pasar los controles de seguridad en Grecia y que fueron detonados por las autoridades de los dos países.
Las autoridades griegas indicaron que el avión en el que viajaba el paquete para Berlusconi fue desviado a Bolonia, donde se desactivó la bomba, tras analizar la información en poder de los dos presuntos terroristas arrestados el lunes después de que facturaran el primer paquete.