El presidente de EEUU, Barack Obama, en una visita a Irlanda para redescubrir sus raíces y tratar sobre la crisis del país, transmitió este lunes un mensaje de esperanza en Dublín, donde aseguró que la isla superará sus actuales problemas de deuda soberana.
Aunque en el último momento se vio obligado a adelantar a anoche su marcha, prevista inicialmente para este martes por la mañana, debido a las cenizas del volcán islandés Grimsvoetn, Obama pudo disfrutar de una acogida como pocas en el mundo.
"El tataranieto de Falmouth Kearney ha vuelto a casa", anunció jubiloso hoy el primer ministro irlandés, Enda Kenny, al presentar a Obama en un discurso al aire libre en College Green, en pleno centro dublinés, al que asistieron entre 25.000 y 30.000 personas, según las autoridades irlandesas.
Obama respondió con entusiasmo. "Soy Barack O'bama, de los O'bama de Moneygall. Vengo buscando un apóstrofe que hemos perdido en algún momento", bromeó, en alusión a algunos de los apellidos tradicionales irlandeses. Más en serio, el presidente recordó la recesión que ha afectado a este país y las drásticas medidas de austeridad que el Gobierno irlandés ha puesto en marcha para hacer frente a su crisis de deuda soberana, que le ha obligado a recurrir a un plan de rescate por valor de 85.000 millones de euros sufragado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Ante un público completamente entregado, que aplaudió cada una de sus frases, aseguró que "por difíciles que puedan parecer los tiempos, el futuro es tan brillante como nuestros hijos esperan que lo sea".
En momentos en los que Irlanda busca renegociar el plan de rescate, para conseguir una rebaja del interés -actualmente del 5,8 por ciento-, el presidente quiso lanzar un mensaje de optimismo a este país que, según recordó, a lo largo de la historia ya ha superado numerosas pruebas.
Así, recordó el éxito del proceso de paz en Irlanda del Norte, que ha llevado a que sus recientes elecciones hayan pasado casi desapercibidas, trece años después de los acuerdos de paz que abrieron la vía para superar el conflicto entre católicos y protestantes.
"Nunca una nación tan pequeña inspiró tanto a otras mayores", aseguró Obama, en la primera jornada de una visita a Irlanda en la que ha buscado tanto conversar con las autoridades sobre cuestiones bilaterales como redescubrir sus raíces.
Y, para alentar al pueblo irlandés recurrió a una fórmula familiar: "Cuando os digan que los desafíos son demasiado grandes, que las pruebas son demasiado duras, recordad todas las cosas que hemos logrado juntos. Y responded 'Feidir Linn', Sí, Podemos", concluyó, aludiendo al que fue su lema de campaña.
Obama pronunció el discurso tras regresar de Moneygall, la pequeña localidad del centro de Irlanda de donde hace un siglo y medio partió el abuelo de su bisabuela, Falmouth Kearney, en busca de una vida mejor en Estados Unidos.
Obama y su esposa Michelle visitaron la casa que se alza donde en su día se encontró la vivienda de los Kearney.
A continuación visitó el pub "Ollie Hayes", uno de los dos que existen en la localidad y que, con las paredes llenas de carteles de la campaña electoral y retratos del presidente, se ha convertido prácticamente en un museo dedicado al mandatario estadounidense.
"Avíseme cuando puedo empezar a tomarla. No quiero fastidiarla", bromeó Obama mientras Ollie, el propietario del local cuya familia se encarga de apagar la sed de Moneygall desde hace cuatro generaciones, le explicaba cómo se tira la tradicional pinta de cerveza Guinness.
El presidente estadounidense llegó hoy a Dublín en el comienzo de una gira por Europa que le llevará también al Reino Unido, Francia y Polonia.
Por la mañana, se reunió con el primer ministro irlandés, Enda Kenny, y la presidenta de este país, Mary McAleese, con los que abordó la crisis irlandesa y la situación en Oriente Medio, entre otros asuntos.