"De acuerdo con las informaciones que hemos recibido, todas las personas que murieron en el bombardeo eran civiles", declaró el presidente en la aldea fronteriza de Uludere, en la provincia de Sirnak (en cuyas cercanías se produjo el incidente).
Asimismo, el mandatario quiso compartir el dolor de los familiares de las víctimas, a las que expresó sus "disculpas", y se comprometió a investigar el incidente, según informó la agencia estatal de noticias Anatolia.
ERDOGAN
Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha lamentado este "desafortunado y triste" indidente y ha asegurado que el Gobierno hará "todo lo posible para llevar la investigación hasta el final".
Erdogan precisó que existe una grabación de cuatro horas de duración relativa a la operación aérea y que tanto las Fuerzas Armadas como otros departamentos implicados la están estudiando.
Asimismo, Erdogan confirmó la versión del Ejército según la cual la aviación no tripulada había detectado la presencia de alrededor de 40 personas en una región que los terroristas suelen utilizar como escudo y como base y, en consecuencia, se había decidido enviar a los aviones de combate F-16 a la zona.
"Naturalmente, no es posible que los aviones no tripulados puedan identificar con exactitud a los grupos. En una posterior identificación se pudo comprobar que el grupo estaba formado por contrabandistas de cigarros y gasóleo", explicó, citado por Anatolia.
El viceprimer ministro, Bulent Arinc, aseguró este viernes ante la prensa que el Gobierno está a la espera de los resultados de la investigación y se ha comprometido a "hacer públicos sus resultados". "Estos incidentes se han producido en pleno proceso de lucha contra el terrorismo", recordó.
El ataque, que ha supuesto una de las mayores matanzas de civiles en un solo día desde el inicio de la insurgencia armada del PKK en 1984, se ha producido en pleno intento de Erdogan por implicar a los representantes kurdos en la redacción de una nueva Constitución.
Tanto la Fiscalía General del Estado como un fiscal especialmente nombrado para el caso en la provincia de Diyarbakir han abierto una investigación sobre la matanza, según el diario 'Hurriyet'.
LA MATANZA
El Ejército turco aseguró ayer jueves que había efectuado un ataque aéreo en la frontera entre Irak y Turquía contra un grupo de milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que intentaban entrar en el país para atentar contra las fuerzas de seguridad.
No obstante, las autoridades locales denunciaron que las 35 personas muertas en el ataque eran civiles dedicados al contrabando y el principal grupo nacionalista legal kurdo, el Partido por la Paz y la Democracia (BDP), calificó el hecho de "crimen contra la Humanidad".
Finalmente, el propio Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), la formación de Erdogan, acabó reconociendo ayer jueves que los fallecidos eran contrabandistas a los que los militares habían confundido con rebeldes kurdos.
El contrabando es una importante fuente de ingresos en las provincias fronterizas con Irak, en las que muchos habitantes participan en el comercio ilegal de combustible, cigarros u otros productos procedentes de las aldeas fronterizas iraquíes.
Aparte, el Ejército turco ha efectado numerosas operaciones en la región contra los milicianos del PKK, un grupo calificado de terrorista por Ankara y que ha lanzado numerosos ataques desde sus bases en el Kurdistán iraquí.
INVESTIGACIÓN INTERNACIONAL
Las organizaciones de Derechos Humanos turcas IHD y Mazlumder han denunciado, en un informe conjunto, la "ejecución sin un debido proceso" de 35 personas, y han pedido una investigación nacional e internacional y el envío "inmediato" de una comisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
Según IHD y Mazlumder, la mayoría de las víctimas mortales del ataque aéreo eran jóvenes de entre 12 y 18 años. Los medios turcos han informado de que 28 de los 35 fallecidos pertenecían a la misma familia y llevaban el mismo apellido.