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Del Paso carga contra el Gobierno mexicano: "Es el principio de un estado totalitario"

"Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza, pero no denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza", ha señalado

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El escritor Fernando del Paso ha cargado durante la ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2015 contra el Gobierno mexicano, asegurando que las recientes legislaciones aprobadas parecen situar al país en "un principio de estado totalitario" que entiende no se puede "permitir".

   El autor, tras recoger la medalla de manos del Rey, ha arrancado su intervención con un recuerdo para la polémica que levantaron sus palabras sobre México el año pasado en la entrega de otro premio literario. "Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza, pero no denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza", ha señalado.

   A su parecer, en este periodo de tiempo, las cosas no han cambiado en México "sino para empeorar", ya que continúan los atracos, feminicidios, las extorsiones, los secuestros y las desapariciones, además de "los abusos de poder, la corrupción, y la impunidad".

   Del Paso se ha "tragado esa vergüenza para denunciar a los cuatro vientos" la aprobación en México de la Ley Atenco, medida "opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad o el orden público". "Subrayo: es a criterio de la autoridad que se permite tal medida extrema", ha añadido.

   En silla de ruedas, Del Paso ha lucido una corbata con el color de la bandera de España "en el pecho, muy cerca del corazón", a modo de agradecimiento por este galardón. A pesar de sus problemas de salud, el escritor ha resaltado su firme convicción en todo momento de acudir a la entrega del galardón.

   "Tan mal he estado en los últimos tiempos que cuando alguien me vio, me dijo: 'pero hombre, ¿así va a ir usted a España?' y yo le contesté: 'yo a España voy así sea en camilla de propulsión a chorro o en avión de ruedas'", ha contado a modo de anécdota.

REÍR Y LLORAR EN CASTELLANO

   En su discurso, ha habido una defensa del castellano, asegurando con humor que incluso al nacer él lloró "en castellano". "Desde entonces, cuando lloro, río, bostezo, toso y estornudo, lo hago en castellano. Eso no es todo: también hablo, leo y escribo en castellano", ha apuntado.

   Del Paso ha citado a numerosos autores hispanoamericanos y anglosajones, desde Tirso de Molina, Lope de Vega o Baltasar Gracián, hasta Joyce, Faulkner o Dos Passos, pasando por Sánchez Ferlosio, Camilo José Cela, Javier Marías o Pérez-Reverte.

   No obstante, Del Paso se ha detenido en dos nombres: el primero ha sido su primer encuentro con 'El Quijote' en la biblioteca de su tío, "una desigual y descomunal batalla" de la que salió "muy enriquecido y muy contento de aprender que la literatura y el humor podían hacer muy buenas migas".

LA LUCHA POR LA SALUD

   El otro ha sido Miguel Hernández, el poeta español que "detonó" toda su vocación literaria. En cualquier caso, Del Paso ha recordado la respuesta a una persona hace años en la que defendía que los escritores españoles no le han influido, sino que los trae "en sangre".

   El autor de 'Palinuro de México', quien ha dedicado su discurso a sus padres, a la agente literaria Carmen Balcells y a los poetas Hugo Gutiérrez y José Emilio Pacheco, ha resaltado que "la lucha más prolongada" en su vida ha sido contra su propia salud.

   "Desde que era muy pequeño y me operaron de algo que se llama adenoides hasta el momento actual, en que supero las secuelas, largas y dolorosas, de dos infartos al cerebro de carácter isquémico, he estado cuando menos quince veces en el quirófano", ha lamentado.

ESCRIBIR "HASTA QUE ACABE LA VIDA"

   No obstante, ha celebrado que la vida haya sido "cuata" (benévola) con él, al haber conseguido las cosas que se propuso. Además, Del Paso ha recordado de nuevo a su amigo poeta mexicano José Carlos Becerra, fallecido prematuramente en accidente de coche y a quien le debe seguir escribiendo.

   "Cada vez que sentía pereza de escribir, desánimo o escepticismo, me ponía su camisa y comenzaba a trabajar", ha indicado. Es por ello que ha manifestado su "obligación moral"  de seguir escribiendo "hasta que acabe la vida".

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