Uno de cada cuatro pacientes con COVID ingresados en la UCI sufren una trombosis, en un 62% de ellos asintomáticos, según un estudio de los hospitales Vall d'Hebron de Barcelona y Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona), que recomiendan aumentar las dosis de anticoagulantes en los casos más graves.
El trabajo, que publica la revista 'European Journal of Vascular and Endovascular Surgery', una de las más prestigiosas en cirugía vascular, se llevó a cabo en abril de 2020, durante la primera ola de la epidemia, y descubrió que un 26,5% de los pacientes graves con COVID que ingresaban en la UCI sufrían una trombosis venosa o pulmonar, pero que en la mayoría de los casos (62%) era una trombosis asnitomática.
Con esta elevada frecuencia de trombosis, los investigadores consideran clave administrar dosis más elevadas de anticoagulantes en pacientes que están en la UCI para reducir el riesgo de complicaciones.
El estudio se hizo con 230 pacientes ingresados en las UCI de los hospitales Vall d'Hebron y Germans Trias i Pujol y, según sus autores, representa la serie publicada más grande del mundo de pacientes con COVID-19 y trombosis en UCI.
Los médicos pusieron en marcha este estudio durante la primera ola cuando comenzaron a atender muchos pacientes graves con COVID-19 con sospecha de algún tipo de trombosis.
Los investigadores hicieron una ecografía a cada uno de los 230 pacientes ingresados en las UCI, en un intervalo de tiempo de 48-72 horas en total para determinar si estos pacientes tenían complicaciones tromboembólicas como trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.
Así, detectaron 58 pacientes (un 25,2%) que tenían trombosis venosas o embolias pulmonares y, de estos, solo un 32,8% - que supone un 7% del total de pacientes- eran sintomáticos.
Los médicos hicieron un seguimiento de los pacientes durante una semana para comprobar su evolución y ver si se desarrollaban nuevas complicaciones.
En este seguimiento no hicieron ecografías adicionales a los casos asintomáticos, sino que se basaba en la aparición de eventos con síntomas o de hallazgos casuales.
Al cabo de siete días, detectaron nuevos casos de trombosis hasta llegar a 61 pacientes (un 26,5%), y, de éstos, un 37,5% (23 pacientes, un 8,3% del total) tenían síntomas.
En concreto, 38 eran asintomáticos, 7 tenían trombosis venosa sintomática en las piernas, 8 tenían embolia pulmonar sintomática y 8 tuvieron tanto trombosis venosa como embolia pulmonar con síntomas.
El estudio también muestra que los pacientes con tromboembolismos venosos en las piernas tenían una estancia más larga en la UCI (22 días de media en los casos con trombos y 17 días en los casos sin trombos), aunque no había diferencias en la mortalidad.
"Hemos comprobado que los pacientes con COVID-19 grave tienen un riesgo incrementado de tromboembolismo venoso debido a la propia infección por SARS-CoV-2 y también a causa de la inmovilización de los pacientes y el tratamiento que necesitan, como la implantación de catéteres", ha detallado Sergi Bellmunt, jefe del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital Vall d’Hebron.
En relación al alto porcentaje de asintomáticos, Bellmunt cree que "puede ser a causa de que son pacientes que en muchas ocasiones están intubados y no pueden expresar bien si notan algún síntoma. Además, el hecho de estar tumbado en la cama evita que se produzca edema, es decir, que se hinche la pierna, un síntoma muy característico de la trombosis venosa y sin el cual puede ser que pase desapercibida".
El médico ha advertido del peligro de que la trombosis no se manifieste como sintomática por las complicaciones que comporta y ha puesto como ejemplo "un trombo que esté en las venas de la pierna, si no se trata, podría viajar hacia el pulmón y allí producir una embolia pulmonar, que es mucho más grave".
En base a los resultados del estudio, los autores ven necesario administrar dosis más elevadas de tratamiento anticoagulante, como la heparina, como profilaxis en los pacientes con COVID-19 grave en la UCI.
"Sabiendo que tienen un riesgo elevado de trombosis, y teniendo en cuenta que hemos observado pocos casos con hemorragia, sería necesario administrar heparina en dosis más elevadas de lo habitual en estos pacientes, ya desde el momento del ingreso, para evitar que haya complicaciones graves más adelante", ha dicho Secundino Llagostera, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Germans Trias i Pujol.
Actualmente, existen ensayos clínicos en marcha, en los que participan Vall d'Hebron y Germans Trias i Pujol, que permitirán valorar la dosis de heparina más adecuada en estos pacientes, para equilibrar el riesgo de trombosis y el de hemorragia.
La principal limitación del estudio que admiten los investigadores es que se llevó a cabo en un momento crítico de la pandemia que dificultó hacer un seguimiento en profundidad de todos los pacientes durante su estancia en el hospital.