El fuerte crecimiento de la actividad del sector privado de España perdió ímpetu durante el pasado mes de septiembre tras dejar atrás el rebote inicial provocado por la reapertura y ante las presiones derivadas del aumento de los costes y los problemas de suministro, según refleja el índice compuesto de gestores de compra (PMI), elaborado por IHS Markit.
En concreto, este indicador adelantado se situó en septiembre en 57 puntos, frente a los 60,6 del mes anterior, lo que representa la lectura más débil del PMI desde el pasado mes de abril.
La pérdida de impulso de la actividad privada en España se observó en septiembre tanto en el sector servicios, cuyo PMI retrocedió a 56,9 puntos desde los 60,1 de agosto, como en el sector manufacturero, donde el índice cayó a 58,1 desde 59,5 puntos el mes anterior.
"Las limitaciones de la oferta están afectando la capacidad de producción", señalaron los autores de la encuesta, para quienes estos problemas se trasladaron a los datos de precios, acelerando la inflación de los insumos hasta su tasa más alta de toda la serie histórica.
De su lado, el empleo volvió a aumentar en septiembre, aunque el ritmo de crecimiento se redujo hasta un nivel modesto.
"La economía del sector servicios español perdió impulso en septiembre, pero el crecimiento se mantuvo a un ritmo decente, ya que la recuperación y el regreso gradual a una cierta normalidad continúan tras haber pasado lo peor de la pandemia", señaló Paul Smith, economista de IHS Markit.
Sin embargo, el experto advirtió de que el sector servicios puede no ser inmune a las dificultades de suministro observadas en las manufacturas y las presiones de los precios también están aumentando considerablemente en respuesta al encarecimiento del combustible, los servicios públicos y el transporte.
"Hasta ahora, la repercusión se ha limitado hasta cierto punto, pero claramente después de 18 meses tan difíciles, las empresas podrían estar dispuestas a impulsar nuevas subidas de precios en los próximos meses", añadió.