El mundo de la moda resulta fascinante. Estas hablillas han recogido en más de una ocasión referencias en cuanto a evolución. Uno de ellos fue la salida de los salones, de los pases privados a la pasarela para apreciar lo que luego llamaron glamur, algo que hasta entonces se apreciaba en el cine. Hace unos días pudimos ver un documental sobre el particular atractivo de las actrices con creaciones de diseñadores que contaban con tiempo y presupuesto. Esto sucedía en Hollywood, al otro lado del mundo las cosas eran bien distintas, como es sabido. Aunque la moda sigue sus particulares principios de romper con lo anterior, llegado el momento retoma la tendencia de quince o veinte años atrás, la rebautiza llamándola “vintage” y sigue con su carrera imparable y cíclica. Si tomamos como referencia los años cincuenta observamos cómo ha ido cambiando el fondo y la forma de un pase de modelos, de una pasarela, como hoy se define. En aquella época los veíamos en el NO-DO, y pudimos contemplar incluso uno dedicado a las asistentas –“criadas” las llamaban. El narrador argumentaba que también tenían derecho a ir a la moda pero lo que lucían las maniquíes eran uniformes. El blanco y negro de la imagen disimulaba y confundía los estampados, por lo que todo resultaba muy gris.
Hoy la pasarela es un espectáculo visual donde el diseñador demuestra su creatividad con mujeres bien distintas a las de entonces. Twiggy rompió el molde, su delgadez y sus grandes ojos recorrieron el mundo, aportando un nuevo concepto de la estética con fatales consecuencias. Actualmente la pasarela va volviendo a su cauce, a mostrar diseños únicos, casuales, desfiles en los que el broche de oro no sólo lo pone el vestido de novia sino alguna excentricidad adornada con la genialidad y el talento de sus creadores, porque la mujer, como ellos piensan, es la única que puede gozar del privilegio de “estar espectacular”.
La pasarela da para mucho y en esta época crítica es recurrente con fines solidarios. Aquí en La Isla se han organizado muchas y el fin de semana próximo podremos mirar y soñar con dos desfiles: uno de fiesta y otro de flamenca. Serán los días 6 y 7 de marzo respectivamente, viernes y sábado, en las instalaciones del Hotel Bahía Sur a las siete de la tarde. La organiza el “Grupo Por…” compuesto por cuatro amigos de la infancia que organizaron la primera hace ya cuatro años, destinando lo recaudado al arreglo de la puerta de la iglesia del Cristo, pues durante su infancia fue el fondo de la portería que paraba sus balones. La recaudación del año siguiente fue para Amisafe, luego Vera Cruz, el año pasado Paso a paso con Carlos hasta llegar a la presente edición, la cuarta, a beneficio de “El pan nuestro” como anteriormente y la “Asociación contra el Cáncer”.
Sabemos que “por” es una preposición que expresa finalidad. Al dar su nombre a este grupo adquiere naturaleza e individualidad. Enhorabuena por vuestra iniciativa, por vuestra disposición y por el tamaño de vuestros corazones. Los cuatro juntos acurrucarían a nuestra Isla. Y estaría encantada. No cambiéis nunca, por favor.
