La Unidad de Dermatología se une a la campaña europea de prevención del cáncer de piel

Publicado: 27/05/2015
Está considerado el tumor más frecuente en el cuerpo humano, pero, si se detecta de forma precoz, las posibilidades de supervivencia se acercan al 100%
Con el lema “El cáncer de piel se puede ver. Detéctalo a tiempo, se puede tratar” se ha puesto en marcha una campaña a nivel europeo en la que participa la Unidad de Gestión Clínica de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva, y cuyo objetivo se centra en informar y concienciar a la población sobre la importancia de la prevención, el diagnóstico precoz y los tipos de tratamiento del cáncer de piel, considerado el tumor más frecuente en el cuerpo humano, con una mortalidad de entre 8 a 10 casos por cada 100.000 habitantes. 

Impulsada por la Academia Española de Dermatología y Venereología, la campaña de prevención tendrá lugar del 1 al 5 de junio, fechas en las que, además de hacer un llamamiento a la población a través de los medios de comunicación para la adopción de hábitos saludables frente al sol, la unidad de Dermatología ha dispuesto dos días de consulta específica: el día 3 de junio en el Centro Periférico de Especialidades Virgen de la Cinta y el día 4 en el Hospital Infanta Elena, a las que se puede acudir con cita previa si se sospecha de algún lunar o mancha en la piel, con el fin de detectar si se trata de una lesión precancerosa o sospechosa de malignidad. La cita puede solicitarse directamente en la web aedv.es/euromelanoma o en el teléfono 91 543 45 35.

La importancia de la prevención resulta fundamental para un tipo de tumor que, si se diagnostica de forma precoz, tiene cerca de un 100% de posibilidades de supervivencia. Para ello, el cáncer (tanto el melanoma como el cáncer de piel no melanoma) debe diagnosticarse durante la primera etapa, mientras se encuentra ubicado en la capa superior de la piel, antes de llegar a la dermis, resultando mucho más difícil de tratar si se ha extendido a los ganglios o ha producido metástasis.

Entre los síntomas que la unidad advierte que se deben tener en cuenta, destacan la aparición de un lunar nuevo que va creciendo rápidamente o uno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color o se vea distinto a los demás, un lunar cuya mitad no se corresponde con la otra mitad y en la que los bordes son irregulares, desiguales, dentados o poco definidos o si el color no es uniforme. Además, supone también una señal de alarma la persistencia de una herida que no cicatriza, la propagación del pigmento del borde de una mancha hasta la piel circundante, el enrojecimiento o inflamación más allá del borde, la aparición de comezón, sensibilidad o dolor asociado al lunar o descamación, exudación o sangrado, así como la detección de una protuberancia en la superficie de lesión.

La campaña, que tiene alcance europeo y en la que participa la unidad de Dermatología por primera vez, está dirigida a la población general, ya que el cáncer de piel puede afectar a personas de cualquier edad, si bien resulta más frecuente en personas mayores de 55 años. La cantidad de radiación solar que la piel recibe a lo largo de la vida se acumula, en muchos de los casos, pudiendo llegar a generar una lesión cancerosa 20 ó 30 años después de dichas exposiciones al sol.

La incidencia del melanoma crece a un ritmo anual de entre un 3% y un 7% entre la población de raza blanca debido a varios factores, como son el envejecimiento de la población, la reducción de la capa de ozono y los cambios en los hábitos de vida como consecuencia del culto por el bronceado. Tanto es así que la exposición solar se considera uno de los mayores factores de riesgo ambiental modificable, para una enfermedad que se triplica cada década en Europa.

Consejos frente al sol

Es por ello que los especialistas abogan por recordar a la población, ahora que está a punto de iniciarse la temporada estival, una serie de normas básicas que deben acompañarnos durante toda la vida para minimizar los efectos nocivos del sol, factor de riesgo fundamental para la aparición del cáncer de piel. Entre ellas destacan, en primer lugar, la no exposición solar excesiva, evitando siempre las horas centrales del día y utilizando cremas fotoprotectoras que deben aplicarse media hora antes de situarse bajo el sol. Dichas lociones deben extenderse sobre la piel bien seca y en cantidad suficiente, repitiendo la aplicación cada dos horas y sin olvidar ciertas zonas de la piel como las orejas, los labios, el cuello y el dorso de los pies.

Se trata de una serie de precauciones que se deberán tomar aunque el día esté nublado y sin olvidar que el agua, la arena y el césped en las piscinas, sobre todo si está húmedo, reflejan la radiación solar y potencian aún más sus efectos negativos. Además, es conveniente también la utilización de gorros, gafas de sol y ropa adecuada.

En el caso de los niños y adolescentes, que suelen pasar largos periodos al sol, lo principal, además de evitar las horas de mayor radiación, es la protección física, considerada como la más eficiente, con una camiseta que se pueda mojar, además de gorra y gafas. Aun así, en las zonas no cubiertas por tejido hay que aplicar crema protectora de forma repetida y adecuada al tipo de piel.

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