La camada la fundó José María Lancha en 1928, con vacas y sementales de Juan Belmonte, procedentes de Gamero Cívico. Posteriormente, le agregó un lote de Esteban González Camino, con sangre de Pérez de la Concha, Félix Suárez, Villamarta y Francisco Murillo. En 1946, Celestino Cuadri compró la camada sin tentar de Esteban González y siguió comprando durante los años 1946 y 1947. La vacada de esta ganadería estaba formada con sangre de Santa Coloma, en la línea de Ibarra. En estas camadas también llegaron eralas con procedencia Pérez de la Concha, Félix Suárez y Urcola.
Don Celestino trabajo con tesón y no lidió hasta ocho después. En 1945 compró la ganadería de José María Lancha, que también tenía ganado de Esteban González y Juan Belmonte, con procedencia Gamero Cívico. La camada estaba formada por las reses de Pérez de la Concha, con orígenes de Concha y Sierra y predominio de Santa Coloma en la rama ibarreña. Tenía además ganado de Urcola y Félix Suárez. Aunque la primera intención de don Celestino fue quedarse exclusivamente con lo procedente de Santa Coloma por línea ibarreña, a medida que fue tentando las becerras se decidió a seleccionar más por el comportamiento que por el encaste, aprobando vacas de todas las procedencias. Hizo caso a su intuición y se saltó muchas reglas de la genética, limitándose a dejar para madre la becerra que le gustaba y a matar la que no se ajustaba a lo que pedía en el tentadero y no tuvo reparo en cruzar las sangres. Sin embargo, sí hizo caso al mayoral de Esteban González que le indicó que entre las reses compradas venía una vaca preñada, aconsejándole que si tenía un macho lo probara ya que pertenecía a una reata de confianza. El becerrillo, de nombre ‘Pestilero’, era muy feo y con malas hechuras pero aún así fue tentado, superando la prueba por lo que se dejó para semental y pudiendo ser considerado como el principio de todo lo que pasta en la ganadería.
Un toro diferente
En 1954 se aumentó la vacada con la compra de la ganadería y el hierro de José María Lancha, perdiéndose el hierro y la divisa originales así como la antigüedad. Estos son los orígenes de la ganadería de Celestino Cuadri, quien emparentando vacas y sementales de distintas procedencias con una línea clara de exigencia en el tentadero y un trabajo constante y paciente ha conseguido que los aficionados a la fiesta puedan disfrutar de un toro diferente, con sello, carácter y personalidad propia. Como curiosidad, hay que señalar que inicialmente la ganadería de Celestino Cuadri estaba configurada por un total de 142 hembras y tres sementales, un número de reses muy cercano al que conforman actualmente este hierro.
Celestino Cuadri debutó como ganadero en septiembre de 1955 en Aracena, donde un novillo, de nombre ‘Marismeño’, se premió con la vuelta al ruedo. El 8 de abril de 1956 la ganadería adquirió antigüedad, en una tarde en la que ‘Curioso’ y ‘Bravío’ fueron ovacionados en el arrastre. Hasta ahora, la ganadería ha lidiado en Madrid en 45 festejos, de los que tres fueron en corridas concursos, cinco en novilladas y dos en festejos de rejones. En total han sido 249 reses, de las que 212 han sido toros, 29 novillos y ocho astados para rejones. Le han cortado una oreja Raúl Sánchez, José María Manzanares padre, Niño de la Capea, Óscar Higares, Pepín Liria, Dávila Miura e Iván Fandiño. Como toros destacados hay que señalar a Clavellino, Poleo, Fogonero, Aragonés, Frijonero, Podador y este año Contratista.
En Huelva se presentó en una novillada el 4 de agosto de 1958 y ha lidiado 52 astados, de los que 48 fueron toros. Jesulín de Ubrique, ‘Litri’ hijo, Enrique Ponce y ‘El Cid’ han logrado cortar dos apéndices en el mismo toro, aunque el mayor número de orejas lo tiene Espartaco que, en cuatro festejos, ha cortado tres. Emilio Silvera, con seis toros, y ‘Litri’ padre, con cuatro toros y dos novillos en un festival, son los diestros que más reses han lidiado.
