Antonio B. G. de 64 años, acusado de abusos sexuales de menores está en la calle desde el pasado viernes. El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Jaén, Antonio Valdivia, lo puso en libertad después de que el conocido como ‘buen ladrón’, que entregó los videos en los que aparecía abusando sexualmente de menores de edad sin ninguna duda de que fuera él, según afirmó en su día el portavoz de la Policía Nacional, Diego Moya, se entregara en Comisaría.
El joven, de 20 años de edad, vivía en la casa contigua al imputado, en la calle Hospital de San Miguel, tras los Baños Árabes.
Según indica Diego Moya, en su declaración afirmó en repetidas ocasiones que entró en la vivienda porque “veía entrar muchos niños” y “tenía la sospecha” de que algo pasaba.
La declaración del ‘buen ladrón’ que ya se encontraba en busca y captura por el robo denunciado por el acusado de abusos sexuales, Antonio B. G., provocó su puesta en libertad, por lo que en la jerga policial se denomina “pruebas del árbol podrido”.
Su salida de prisión provocó gran malestar entre los vecinos, que se concentraron alrededor de la vivienda cuando se percataron de que había luz dentro y se cercioraron de que había sido puesto en libertad . Fue el propio acusado el que llamó a la Policía Nacional, que se personó en la calle y se lo llevó hasta Comisaría, donde pasó la noche para evitar posibles agresiones por parte de los vecinos, que han manifestado que no quieren que sus hijos estén cerca de una persona acusada de abusos sexuales a menores y que se muestran indignados por su puesta en libertad.
Ahora, el presunto pederasta, que según la Policía Nacional se hacía valer de su condición de entrenador de fútbol sala para contactar con los niños a través de la Asociación Juvenil Fénix, situada en la plaza Cruz Rueda, esperará a que se fije el juicio, pero deberá presentarse cada lunes ante el juzgado.
Además, el juez le ha retirado el pasaporte, a pesar de que en su auto asegura que no existe riesgo de fuga.
TSJA
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha justificado la puesta en libertad de Antonio B.G., basándose en que los hechos cometidos sobre tres de las víctimas "han prescrito", y ninguna de éstas ha formulado reclamación judicial, por lo que "se reduce el riesgo de fuga". Además, explica que el hecho de que el presunto ladrón haya reconocido que accedió a la vivienda "con la única y exclusiva finalidad de encontrar pruebas que incriminen al imputado y hacerlas llegar a la Policía" provoca que las grabaciones en las que se sustenta la investigación "puedan ser consideradas prueba ilícita y no puedan ser tenidas en cuenta". El TSJA apunta que lo que debería haber hecho el presunto ladrón, era denunciar los hechos de que tenía sospecha a la autoridad y que así pudiera haberse acordado una entrada y registro judicialmente, lo que hubiera salvaguardado la validez de las pruebas. “Dicha actuación, lejos de beneficiar al descubrimiento, ha provocado un gravísimo perjuicio”, dice el TSJA en su comunicado.
