Con el alma y el corazón. En el interior de la iglesia parroquial de El Salvador se respiraba ayer un ambiente cofrade que emanaba de los corazones de nazarenos, capataces y costaleros y que sólo la Hermandad de Nuestro Señor de la Pasión Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Amargura sabe trasladar a la calle en su procesión de penitencia. Y lo hizo con el respeto del desfile y con el ánimo de los capataces a sus costaleros, con palabras que llegaban a los corazones de quienes esperaron su manifestación pública de fe.
Después de minutos para la organización, al altar de la parroquia subieron el capellán de la Hermandad, Francisco Rosales, y el obispo de la Diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo, para dirigirse con oraciones a los cofrades. No faltaron palabras para el recuerdo de los hermanos fallecidos: Miguel, Irene, Alfonso y José.
Mientras, debajo del Misterio, que este año ha lucido terminado el tallado completo de sus respiraderos laterales, los costaleros tomaban sus puestos en cada trabajadera. Cincuenta hombres dieron sus primeros pasos atentos a las palabras del capataz Rafael Mondéjar, que se deshacía en ánimos a sus costaleros. “Jaén está esperando a su Señor...Al mismo Dios costalero”, les dijo. Al son de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Despojado, el Misterio se fue acercando a los jienenses, al paso de las marchas 'Lágrimas de Pasión' y 'Señor del Salvador', arrancando aplausos que demostraron respeto a la Imagen.
Fueron puntuales. Las puertas de la parroquia se abrieron a las 17:20 horas. Los soldados romanos esperaban la Cruz de Guía, con la que la Hermandad iniciaba su procesión de penitencia ante centenares de jienenses, que como cada año, llenaron la plaza.
Mientras, el palio de la Virgen, con un exorno floral blanco que llenó de olor a primavera el templo, fue caminando para iniciar su procesión de penitencia. Este año, la Virgen lució una saya nueva de terciopelo de color morado, con valiosos bordados del siglo XIX; y los candelabros de cola. Bajo ella, una treintena de hombres la mecieron con mimo en cada momento del itinerario al ritmo de la Banda de Música Nuestra Señora de la Amargura-Sociedad Filarmónica.
Los capataces Rafael Mondéjar, Jesús Joyanes, Andrés Padilla y Enrique Castillo guiaron el paso de las imágenes titulares por un itinerario que este Lunes Santo recuperó la emblemática subida por el Paseo de la Estación.
El paso por la carrera oficial, la calle Maestra y Arquitecto Berges fueron los momentos de mayor recogimiento, además de la recogida en el templo. A la altura de la óptica Amate, Bartolomé de Haro, conocido por los flamencólogos y aficionados como ‘el Toli de Linares’, volvió a rezar cantando en plena carrera oficial.
La Hermandad de La Amargura recordó ayer en la calle que este 2015 se han cumplido quince años desde que Jesús Despojado realizara su primera estación de penitencia desde el colegio de Cristo Rey.
De forma más íntima, el hermano mayor, David Torres, vivió su última procesión de penitencia con ese cargo en la Junta de Gobierno, tras seis años de trabajo. Vestido de nazareno, acompañó en procesión al capellán y al obispo ante la Virgen de la Amargura.
Autoridades del Cuerpo de la Policía Local presidieron la comitiva y escoltaron a las imágenes, como años anteriores, pero con la diferencia de que en la procesión de ayer María Santísima de la Amargura, Madre de la Iglesia, se presentaba a la ciudad como Patrona Oficial del Cuerpo de la Policía Local de la ciudad de Jaén. El alcalde estuvo en el interior de la parroquia y los ediles de Policía y Asuntos Sociales formaron parte de la comitiva de la procesión.