La provincia de Jaén ha iniciado un año hidrológico (1 octubre-30 de septiembre) en una situación hídrica que, sin ser aún dramática, sí que ha encendido las alarmas. Por tercer año consecutivo, las precipitaciones en el conjunto de la provincia (por debajo de los 400 litros) han estado por debajo de la media histórica, que es de 544 litros. Los embalses de Jaén se encuentran al 25,83% (el nivel más bajo de Andalucía, si se exceptúa Almería), pero hay pantanos que están aún en peor situación. Es el caso, por ejemplo, del Quiebrajano, que está 23,51% (14 puntos menos que hace un año) o el Dañador, en El Condado, que pese a estar al 37%, es el único provincial en situación de emergencia (agua para menos de un año).
Pese a todo, el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, destacó ayer, al presentar el balance del año hidrológico, que ninguna comarca andaluza cuenta aún con una declaración de sequía, ya que todas tienen los recursos garantizados para el próximo año. Eso sí, Fiscal admitió que estamos ante una situación “comprometida” debido a las escasas precipitaciones durante el último año y la poca recarga generada en algunas cuencas.
Los agricultores también han mostrado su preocupación. Juan Luis Ávila, secretario provincial de COAG-Jaén, habla de una “situación límite” y asegura que estamos en una situación peor que la de hace dos décadas. De persistir este escenario, Ávila alerta de pérdidas en la próxima cosecha del olivar, que podrían llegar hasta el 30% en el secano, donde ya se está cayendo aceituna negra, favorecido también por las altas temperaturas. Ávila pronostica una cosecha oleícola en el entorno de 1,1 millones de toneladas.
Regadío
La situación pinta mejor en el olivar de regadío. Y más después de que ayer la Confederación del Guadalquivir, autorizara la ampliación de la campaña de riego para hortícolas, cítricos, frutales y olivar hasta el próximo 15 de octubre para aquellas comunidades de regantes que no hayan consumido su dotación y se encuentren cerca de los embalses para minimizar el riesgo de pérdida. Será un desembalse adicional del Sistema de Regulación General de hasta un máximo de 100 hm3, sobre los 1.200 hm3 inicialmente autorizados.