La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha condenado a 27 años de cárcel a un hombre, de 56 años, por abusar sexualmente durante seis años consecutivos de las dos sobrinas de su entonces pareja, cuando las niñas tenían seis y nueve años.
En concreto, la sentencia, a la que ha accedido Europa Press, le condena por dos delitos continuados de abusos sexuales y otro de corrupción de menores. Además de la pena de prisión, se le condena a indemnizar a cada una de las dos menores en 50.000 euros, y al pago de todas las costas.
Los hechos sentenciados se remontan al periodo comprendido entre 2011 y 2017. Durante estos años, las dos menores, que declararon a puerta cerrada durante el juicio celebrado en la Audiencia de Jaén, padecieron numerosos episodios de abusos sexuales con y sin acceso carnal por el que consideraban su tío. Además, en el teléfono móvil del acusado se encontraron vídeos y fotografías de una de las menores en situación de alto contenido sexual.
De esta forma, el tribunal considera como hechos probados que el procesado sometió a la menor a sesiones fotográficas donde "aparecía desnuda o le decía que se hiciese ella fotografías, indicándole como tenia que hacerlas y se las enviase a él, realizándole también al menos siete videos". Además, recoge la sentencia que "cuando la menor se negaba doblegaba su voluntad con regalos", y además da por probado que el procesado envió estas fotos y videos a terceras personas.
Como consecuencia de estos hechos, las dos menores han visto
"afectado seriamente su desarrollo emocional y presentan sintomatología depresiva, agresividad, desconfianza generalizada, sentimientos de vergüenza y culpabilidad", además de haber repercutido negativamente en su rendimiento académico.
Fue durante un estudio que estaba realizando la UJA en un centro escolar donde una de las menores acabó respondiendo en un cuestionario que había sido víctima de violencia sexual. A partir de aquí se informó a los padres que acabaron denunciando el caso.
El acusado, durante el juicio, señaló que las acusaciones de las menores eran "inauditas" y negó su veracidad, pero el tribunal entiende que "las declaraciones de las menores reúnen todos los
requisitos exigidos por la jurisprudencia para la destrucción de la
presunción de inocencia del procesado con respecto a los delitos" por los que finalmente se le condena.
Las dos niñas, primas entre sí, pasaban tiempo en la casa de su tía, en Jaén capital, donde desde 2009 y hasta 2016 residió también el acusado mientras duró la relación sentimental.
Cuando se destaparon los vídeos, fue el propio acusado el que en enero de 2019 entregó su móvil en la comisaría donde a pesar de haber borrado archivos, la Policía localizó los archivos y fotos, así como conversaciones con una de las menores donde el acusado, entre otros términos, se dirigía a ella como su "amor".