El Juzgado de Violencia de Género ya ha dado los primeros pasos para iniciar la instrucción
Ha pasado ya más de una semana, pero el altar con velas y flores que cada día se hace más grande mantiene vivo el recuerdo de Miriam Tamayo en el lugar donde la joven encontró la muerte a manos de su ex pareja tras asestarle presuntamente varias puñaladas. Familiares, allegados y desconocidos no dejan ni una sola noche que esas velas se apaguen. Iluminan así la memoria de esta vecina de San Benito, madre de un bebé que ni siquiera tenía un año, fruto de su relación con el acusado. Un homenaje póstumo al que se sumará la lucha de la familia para que se haga justicia, y de momento tanto el abogado que ejerce la acusación particular, Marcos Rodríguez, como el Ministerio Fiscal, pedirán asesinato para el presunto autor del crimen de la joven.
Según informaron a este periódico fuentes del caso, el que el detenido abordara a la víctima supuestamente cuando se dirigía sola al almuerzo de convivencia de fin de curso de la Escuela de Hostelería, lo que llevó a la joven a pedir ayuda a gritos, como relató el personal del centro de diálisis junto al que ocurrió el suceso, propinándole varias puñaladas, es un claro agravante de alevosía.
Unas circunstancias que argumentarían sobradamente la calificación de la agresión como unpresunto delito de asesinato. Dicha calificación también se apoyaría en el resultado del informe forense a la hora de verificar con exactitud el número de puñaladas que recibió Miriam, aunque fuentes policiales aseguraron a este periódico que en total habrían sido siete las puñaladas recibidas, dos de ellas mortales.
El caso, que reúne todas las condiciones para ser juzgado por un jurado popular, y que instruye el Juzgado de Violencia de Género está en plena fase de pruebas que ahora deberán aportar las dos partes, después de que el pasado jueves comparecieran en el citado juzgado para concretar los hechos. Finalmente, la defensa que en un principio fue asignada a la letrada Carmen Barca será ejercida por el letrado Álvaro Aguayo, y entre las pruebas que ha solicitado, como han informado fuentes del caso, se encuentra un informe toxicológico para comprobar si el procesado se encontraba bajo los efectos de las drogas en el momento de los hechos, lo que podría ser aportado como atenuante. Hay que recordar que además de pasar tres años en la cárcel por delitos de robo con fuerza, vecinos y otros testigos lo señalaron como politoxicómano.