Una sorpresa y en mayúscula ha sido la que se han llevado decenas de padres del CEIP San José Obrero cuando desde el colegio se les pidió como favor personal estos últimos días que pintaran del orden de unas siete aulas del colegio. Al parecer, como explicaron varios padres a este periódico, la dirección ha optado por esta determinación después de que el centro lleve años en “lista de espera” en el Ayuntamiento, y desde la Administración local le hayan dicho de nuevo que para este curso que no disponían ni de recursos económicos para comprar la pintura ni de personal para enviar al colegio.
Al entender que había del orden de unas diez clases que no podían esperar más, el colegio ha optado por comprar la pintura y tomarse esta licencia con las familias que se han ofrecido a hacerlo. Ahora, tras culminar el pintado en siete de ellas, el fin de semana completarán las tres que faltan, pero claro, no todos los padres han visto esta medida con buenos ojos. Todo lo contrario. “Estamos en un colegio que tiene tres prefabricadas, y un ayuntamiento que permite esto y que no pinta las clases de los alumnos”, lamentó un padre.
SIN AVISO
La sorpresa sobre estos hechos también lo fue ayer para la delegada municipal de Educación, Lidia Menacho, que asegura que su delegación no ha recibido ninguna petición del centro ni para la adquisición de pintura ni para que acudiera personal municipal a pintar las aulas. Menacho apuntaba sentirse "dolida" por lo sucedido y confirmaba que en la mañana de este jueves iba a mantener una reunión con los padres para explicarles que no han recibido ningún aviso para actuar y evitar que los padres tuvieran que pintar las clases. En su opinión, todo parece obedecer a "una decisión" de la dirección del centro, y, de hecho, recuerda que a principio de curso el Ayuntamiento ya atendió la petición del colegio para eliminar unas manchas de humedades y para pintar los pasillos, por lo que no entiende por qué ahora no se ha actuado igual solicitando la implicación municipal.