Aescasos ocho meses de las próximas elecciones municipales, Joaquín del Valle advierte que queda mucho camino por delante. Para empezar subraya el proceso de primarias organizado por su partido para la elección del candidato y la puesta en común de un programa de gobierno que va a comenzar a debatirse en unos días, pero a nadie escapa que buena parte de ese futuro inmediato en el que IU quiere jugar un papel relevante va a depender de su sintonía y de su confluencia con las nuevas fuerzas políticas que han comenzado a poblar la escena de la izquierda. Es cierto que, por un lado, se muestra prudente al hablar de fusiones o acuerdos con formaciones como Podemos o Ganemos, pero, por el otro, en sus respuestas se puede leer entre líneas un ahora o nunca al que tampoco parece dispuesto a renunciar, entre otras cosas porque no es algo que dependa exclusivamente de él, sino de la fuerza asamblearia de IU.
La primera pregunta es obligada: ¿Se va a presentar a las primarias de Izquierda Unida?
—Ahora mismo desde IU tenemos abierto un proceso que termina el 18 de octubre en cuanto a la elección del candidato por primarias abiertas. Paralelamente tenemos otra convocatoria este mes de septiembre que debe ser el arranque de la elaboración de la propuesta de gobierno. Por mi parte lo que estoy haciendo es escuchar a los compañeros de IU para ver qué es lo que me transmiten y también lo que se dice y se habla en la calle, y en base a eso me tocará tomar una decisión a nivel personal. Creo que es importante el proceso que se ha abierto y tengo ese plazo de tiempo para decidir si presentarme o no.
¿Cree que tendrán que elegir entre varios aspirantes?
—Te doy mi opinión personal. Sería sano e importante que, independientemente de la decisión que yo tome, haya más personas, ya que sería la mejor manera de culminar este proceso y además como ejemplo de higiene democrática, ya que si IU se caracteriza por algo es por la pluralidad interna, y en ese sentido sería importante que se presentase más de una persona y que tengamos la oportunidad de decidir. Yo personalmente estaría dispuesto a avalar a cualquier compañero que dé el paso.
¿Por qué es tan importante este proceso de primarias para ustedes? ¿Qué mensaje es el que quieren trasladar a la opinión pública?
—Creo que al menos en Jerez ya veníamos insistiendo en la necesidad de cambiar de método y de fórmula, para buscar más la complicidad ciudadana, y en ese sentido todos los cambios producidos tras las europeas a nivel federal de IU no nos ha cogido de sorpresa. Es importante refrendar con la ciudadanía el que no todos somos iguales, no todos actuamos de la misma manera ni queremos conseguir lo mismo cuando aspiramos a una institución, y esto es una herramienta más que no debe quedarse simplemente en esto y por el camino que tenemos trazado vamos a dar otros pasos importantes para intentar aglutinar una propuesta capaz de superar las limitaciones con que una organización política se pueda encontrar. Por otro lado, el que pongamos en valor los votos de IU en unas elecciones, de ser voto pasivo a ser voto activo, en tanto que damos a nuestros simpatizantes a participar desde el principio, creo que es un paso cualitativo y cuantitativo de cara a las municipales.
Cuando Manuel Cárdenas, su coordinador provincial, habla de convergencia hacia las fuerzas de izquierda entiendo que se refiere fundamentalmente al fenómeno de Podemos, ¿cree posible esa alianza o más bien estamos hablando de una necesidad, visto los resultados en las europeas y las últimas encuestas?
—Creo que con carácter general, por una parte la situación que está padeciendo el país, y por otra parte el que surjan movimientos en el espacio de la izquierda, además de ser importante, debe significar una llamada de atención, es decir cómo cambiamos la realidad desde posiciones distintas, y eso no quiere decir que tengamos que ir de forma conjunta a unas elecciones, pero sí habrá que hablar un día a ver qué hacemos. En Jerez aprobamos hacer un llamamiento a confluir, a converger, porque nos preocupa mucho la propuesta de gobierno que queremos plantear, de manera que vamos a invitar a participar a organizaciones políticas, sociales, ecologistas, vecinales... con la idea de intentar de llegar a un pacto con propuestas coincidentes y tratar de cambiar la situación de Jerez. Lo que más hay que hacer es trabajar, hablar menos de las formaciones y trabajar, porque trabajando y en el camino es donde nos debemos encontrar.
Sin embargo, la clave de Podemos está en lo que critica, no en lo que propone, y la pregunta es doble: ¿por qué IU no ha sabido liderar ese discurso de crítica y qué les une o qué les separa de sus propuestas?
—Creo que ha quedado en evidencia y se ha hecho un reconocimiento desde Iu a nivel federal. El no culminar el movimiento que se estaba gestando desde distintas posiciones y que no cuajó ha demostrado que debemos ser autocríticos y reconocer en lo que nos hemos equivocado. Vamos a intentar hacer las cosas de otra manera. Posiblemente en las europeas si se hubiera hecho lo que pedíamos muchas personas e ir a unas primarias abiertas junto con otras organizaciones para elegir al candidato, el resultado podría haber sido otro. Pero la realidad nos pone ahora donde estamos. Los acuerdos tienen que ser sobre lo que vamos a hacer. Llevamos mucho tiempo relacionándonos de tú a tú con todos los movimientos que existen en la ciudad, aportando todo lo que podíamos aportar, y en una relación de igualdad, y creo que debemos seguir en la misma línea. Hay que ver si somos capaces de entendernos y coincidir en las propuestas, pues para adelante, porque después del 24 está el 25 y hay que sentarse ahí arriba a gobernar.
Esta semana, por ejemplo, se ha presentado Ganemos Jerez, ¿es bueno que haya tantas fracciones dentro del mismo escenario de la izquierda?
—Creo que por una parte el que surja el movimiento es bueno. Que haya cada vez más gente preocupado de lo político, de las instituciones, y de dar una respuesta y no sufrir en silencio cada uno en su casa, es bueno. La posición de IU es de no estar jugando a la improvisación, a ver qué es lo que sale, debemos hablar menos y trabajar más, y tampoco disolvernos dentro de fenómenos que puedan surgir. Pero tampoco vamos a excluir ni autoexcluirnos de ningún lado, y el camino hasta mayo es en el que debemos encontrarnos. De todas maneras, creo que más allá de elegir al candidato de IU, merece una reflexión que elegimos a la persona que debe tender los puentes. En ese debate interno de la convergencia, en algunos casos con posiciones contradictorias, una de las tareas del candidato será que vayamos de verdad a ese frente común, a ese pacto local por ir con una propuesta unitaria. Quien elijamos, tanto dentro como en la calle, debe tener la capacidad de tender esos puentes.
¿Y a usted qué le parece la reforma electoral que plantea el Gobierno para la elección de alcaldes?
—Da la impresión que el PP tiene la intención de ponerlo en marcha. El momento está claro que no es el oportuno. No pasaría nada por esperar y también podíamos cambiar el que valga lo mismo el voto de un jerezano que el de uno de Cuenca. La elección de alcalde tiene muchas posibilidades, como la existencia de una segunda vuelta, hay ejemplos en todos lados, pero da la impresión de que el PP quiere imponerlo ahora para que quienes salgan beneficiados sean los dos partidos mayoritarios, a mi propio interés.
En lo que sí están de acuerdo es en que hace falta una reforma al respecto...
—Mi opinión personal es que sí. Primero habría que plantearse que el valor de cada persona en el territorio español tenga el mismo valor a la hora de votar, y con respecto a la elección de alcaldes creo que hay diferentes opciones. Si somos capaces de convocar primarias para elegir a un candidato por qué no elegir al alcalde en elección directa, pero hagámoslo en condiciones, si hay que ir a una segunda vuelta, vamos... Cuántos informes hay del Consejo de Estado sobre discriminación electoral..., pero ahí entramos en la voluntad de los dos grandes.
El PSOE dice que esa reforma beneficia a Pelayo, lo cual viene a decir como que dan por hecho que será la lista más votada, ¿ve usted posible un tripartito o un cuatripartito gobernando la ciudad si es necesario?
—Después de las elecciones y según el escenario habrá que ver qué se hace y cómo se gobierna. Lo que hay que dejar muy claro es en qué condiciones y qué piensa hacer cada uno. Que no se caiga en los errores de Pilar Sánchez o García Pelayo de prometer una cosa en campaña y después hacer otra. Si somos capaces, con el resto de organizaciones que podamos ir a una candidatura unitaria, o por separado y después sumar, de presentar una propuesta de gobierno creíble y realizable, creo que no pasaría nada, pero para eso hay que ser valiente y decir qué es lo que quieres hacer. En 2010 planteamos nuestro plan de viabilidad que tuvo un coste político, posiblemente perdimos votos, pero dijimos claramente lo que queríamos hacer. IU estará donde haya propuestas creíbles y realizables, y por supuesto sin que demos por hecho que el PP vaya a ganar las elecciones.
¿Qué sensaciones le ha dejado hasta ahora el mandato del PP?
—Por una parte no sorpresa, pero sí que quien llega al gobierno tiene la fea costumbre de quitar el programa electoral de la web de su partido, para que nadie se acuerde de lo que prometieron. La sensación es que al llegar, provocan una situación límite de la ciudad, intencionadamente, y luego se convierten en los salvadores, ya hay normalidad, pero habrá que preguntarle esa normalidad qué es lo que es. Esa ha sido una estrategia. Luego han actuado con la prepotencia que dan y con la ideología que tienen, porque se han podido plantear propuestas, y nosotros se las hemos llevado, que salvaran barbaridades que han hecho, como en el tema del ERE. En el tema del agua también presentamos una enmienda con medidas, pero aquí ha primado la imposición y un modelo económico con servicios y gestión en manos privadas y el deterioro de los propios servicios. Y paralelo a todo ello nos encontramos con los 20 millones de euros del agua para lavarle la cara a Jerez y lavarle la cara a la alcaldesa para aprovechar el último tirón. Al final lo que le faltaba al pueblo era que terminásemos como en la serie Espartaco, al pan y circo, y definitivamente hemos llegado a esa etapa, la del pan y circo.
¿Destacaría algo positivo de estos tres años y poco?
—Nosotros hemos estado al lado del PP en el concurso de acreedores, plan de viabilidad y gestión directa del Circuito; nos hemos tirado año y pico en la Mesa de Movilidad diciéndole al Gobierno que no era el camino, y lo han hecho, y más bien más mal y estén como estén los autobuses, lo cierto es que hemos pasado de una subvención de más de siete millones de euros a una de poco más de cinco. Lo que sí pedimos es que si se ahorran dos millones, no se lo gaste en otra cosa, inviértalo ahí y avancemos. Son decisiones que han merecido la pena y las hemos apoyado. La fusión de Emuvijesa con Emusujesa, que la llevábamos en nuestro programa, la hemos apoyado. Hay cosas que se han hecho y van en sintonía con el programa de IU, hasta el punto de que le hemos dicho al gobierno en alguna ocasión que van a terminar por poner en práctica nuestras propuestas. Pero frente a lo demás, nos encontramos con lo que pesa en los genes, y son incapaces de tomar otra decisión. La limpieza de las dependencias: 85 trabajadoras, en apenas unos meses la concesionaria se ha quedado con 75, que equivale a un ahorro de 180.000 euros en salarios, pese a que el Ayuntamiento sigue pagando lo mismo a la concesionaria, el servicio no se presta igual, las trabajadoras estresadas, y lo más grave, 300.000 euros al año de IVA que estamos pagando y que nos podríamos ahorrar si la gestión fuese municipal. Como dije en pleno, pregunten al delegado de Fomento si necesita esos 300.000 euros para políticas de empleo, o a la delegada de Bienestar Social para programas sociales. Por qué tirar ese dinero.
Partiendo del hecho de que no tener aprobado aún el presupuesto municipal sea una gran tragedia, ¿qué sospecha que puede estar pasando en la elaboración de los números y sobre todo qué teme?
—Hay un presupuesto aprobado, el de 2013, y si no hay, no hay presupuesto, no es una tragedia. Es que tiene que ser muy complicado cerrar ese presupuesto. Tú tienes claro qué es lo que tienes que gastar, pero ahora lo tienes que cuadrar con lo que ingresas, y en la situación en la que estamos es muy complicado. Lo presentarán, pero no va a pasar nada si tarda. Cuando lo haga veremos cuál es la decisión que han tomado para generar los ingresos necesarios, porque en ahorro no se puede apretar mucho más, a no ser que por medio de más recortes.
El gobierno local se comprometió a poner orden en la plantilla municipal con la RPT, la eliminación de pluses, la reestructuración salarial y ahora con la integración de las empresas municipales, ¿en qué cree que ha acertado y en qué se ha equivocado?
—Cuando se tiene la responsabilidad de gobernar hay que tomar medidas intentando implicar al mayor número de personas y colectivos. Que había que intervenir en el tema de la RPT, creo que nadie lo ha negado; en lo del convenio, en los salarios máximos, en las gratificaciones, en el número de trabajadores municipales... todos lo teníamos claro, pero si lo hacemos que no sea a costa de afectar a los trabajadores como se ha hecho. Yo no voy a decir que tengan que venir todos con la cara sonriente a trabajar, pero tampoco que lo que se consiga sea que vengan con la cara de un carajo. En lugar de hacer eso, yo como impongo y además doy hasta miedo, lo que hago es que con unos pacto la RPT, con otras el convenio, con otras el ere, divido y divido, hasta tener a todo el mundo acojonado. Quién viene feliz hoy a trabajar al Ayuntamiento, con el condicionante de que además a los trabajadores se les considera una carga y no un activo.
Hace cuatro años, poco antes de la campaña electoral usted decía que el principal problema de la ciudad era el Ayuntamiento, ¿en qué han cambiado las cosas en este tiempo?
—De ser un problema se ha convertido en un elemento neutro para la ciudad, cuando debería ser un elemento que por lo menos dinamizara, porque dinamizar no cuesta dinero, localizar recursos dispersos y ponerlos en valor no cuesta dinero, hacer una revisión del PGOU no cuesta dinero, plantear grandes obras desde perspectiva local no cuesta dinero, diseñar un futuro de vida, actividad y relación del conjunto histórico no cuesta dinero..., pero nos hemos convertido en algo neutro dentro de la ciudad, cuando la sociedad no es neutra, ni todos somos iguales, ni todos disfrutamos de los mismos servicios ni de los mismos derechos, y entonces te conviertes en alguien que favorece a quienes pueden y tienen el poder. Hemos pasado de la locotomora de Pacheco a convertirse en un gran problema y ahora en algo insignificante. Para solicitar licencia de obra, para venir a certificado de empadronamiento, para que los colegios estén limpios... eso funciona solo, no necesita de gobernantes ni partidos políticos, y si está representada por éstos es para que el Ayuntamiento sea otra cosa.
¿Qué proyecto de ciudad va a defender IU de cara a las próximas municipales?
—Hay que transmitir optimismo, ilusión, futuro, y de hecho creo que con la campaña de las primarias hemos acertado, porque es en positivo. A partir del día 18 en nuestra convocatoria abierta vamos a aprobar un manifiesto con los elementos clave y vamos a trabajar en tres campos: la igualdad de oportunidades; movimientos sociales y participación; y el modelo económico social sostenible.
¿Es posible, por ejemplo, municipalizar más servicios en Jerez?
—Esa es la pregunta del millón. Por qué el circuito sí y la limpieza o el mantenimiento de alumbrado o jardines no. No digo que se eche a Urbaser, por el coste que supondría, pero es que además todos los demás servicios se los va a quedar la misma empresa. En vez de depender del Ayuntamiento vamos a depender de una sola empresa, que además ya hemos visto cómo ha actuado con las trabajadoras del servicio de limpieza. Además es que estamos tirando el IVA.
El paro es en este momento el principal problema de la ciudad, ¿qué alternativas cree usted que hay en Jerez para conseguir crear empleo?
—Nosotros hemos insistido mucho, pese a que fuimos injustamente expulsados, en el PTA, porque entendemos que es uno de los espacios que más futuro puede aportar al mercado laboral de Jerez. El tema del turismo también es muy importante y, por otro lado, empezar a mover otros aspectos relacionados con el desarrollo tecnológico. Por otro lado, es muy difícil estar desde una ciudad compitiendo permanentemente con otras ciudades del entorno, y creo que hay que ir a modelos de desarrollo económico más comarcales. El seguir pensando que la gran solución va a venir con la llegada de grandes empresas a instalarse en suelo industrial es un error. El PTA, por ejemplo, no tendría sentido si no hay un plan de desarrollo rural. Hacer un PTA para que venga una multinacional a explotar a los trabajadores y que se lleven ellos la plusvalía no es el camino. El camino es vamos a un plan de desarrollo rural y vamos a incorporar a los agricultores al PTA hasta donde podamos. Hay parques que funcionan así.
¿Cree que se está haciendo discurso electoralista de la pobreza?
—La realidad es la que es. Los jubilados ya no quedan en el centro a diario para tomarse su copita, porque están en su casa ayudando a sus hijos y sus nietos. Esa realidad está ahí y es inevitable, pero por eso mismo todos los movimientos sociales que surjan y que no sean quedarse en casa sufriendo la situación bienvenidos sean. De ahí a usar eso como elemento de demagogia, la ética y los escrúpulos de cada uno pues que los usen. Nosotros si tratamos con personas con problemas no hacemos uso de esos temas para hacer política, pero la realidad es la que es, nadie está exento de conocer casos concretos.
El Ayuntamiento ha chocado ya en dos ocasiones con la Junta-PSOE en lo que va de año, con el plan del viñedo y con el PCTA. Usted habla de “batallitas partidistas”, que es como renunciar a que tengan futuro...
—El PTA la solución que tiene es pagar lo que falta. En su día decíamos por qué la UCA en el accionariado, por qué no la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Córdoba, que es la que está desarrollando más trabajos. Era una idea que arranca, pero más pensada en la llegada de grandes inversores que en un desarrollo local, y en base a ese enfrentamiento, mientras llegaba dinero público hemos seguido adelante, pero al final los resultados dónde están.
Con la Junta-IU ha ido mejor la relación, sobre todo en tema de turismo, aunque en Fomento y Vivienda ha habido más roces, sobre todo a la hora de abordar el carril bici. Ahora que tanto se cuestiona cualquier gasto o inversión, ¿ve prioritario que se vayan a destinar más de 8 millones de euros a este proyecto?
—Si alguien llega y da 8 millones para gastarlo en cosas que hagan falta en Jerez, seguro que lo hubiera destinado a otras cosas. Pero el dinero viene de fondos europeos y vinculado a movilidad sostenible, y qué hacemos, lo devolvemos. Cuando no son recursos propios las prioridades vienen marcadas desde fuera. En este sentido, creo que se ha optado por un discurso demagógico por el hecho de no querer hacer las cosas. Si cree que ese dinero habría que dejarlo para atender otras necesidades, pues deje de arreglar las rotondas y destine ese dinero a Servicios Sociales. La postura del PP ha sido la de resistirse cuando ya había participado en el plan provincial de la bicicleta, y el carril bici iba por Lealas, la Porvera... y no había problema ninguno. De todas formas, y creo que deben reconocerlo, las relaciones del PP con las consejerías de IU han funcionado. Se ha hablado con claridad en todo momento hasta dónde se podía llegar y ahí está por ejemplo el caso del Circuito, o en el caso del plan de excelencia turística y en el de la carretera de La Barca, que era un marrón que se ha tenido que tragar quien le tocaba gobernar.